El Papa señala a los obispos escoceses que la presencia católica en la vida pública
enriquece la vida nacional y recuerda su próximo viaje a Escocia
Viernes, 5 ene (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana a los obispos de Escocia,
actualmente en visita “ad limina apostolorum”. El Papa ha acogido a los prelados con
un emotivo mensaje en el que ha recordado que su presencia expresa una realidad que
se encuentra en el corazón de toda diócesis católica - la relación de communio
con la sede de Pedro y por tanto con la Iglesia universal. El Santo Padre ha señalado
en este sentido, que las iniciativas pastorales que toman la debida consideración
de esta dimensión esencial, traen la autentica renovación: “cuando los lazos de la
comunión con la Iglesia universal y en particular con Roma, son aceptados con gozo
y vividos en plenitud, la fe puede desarrollarse libremente y dar una cosecha de óptimos
resultados”.
Más adelante Benedicto XVI ha evocado la coincidencia del año
sacerdotal con el 400 aniversario de la ordenación sacerdotal del gran santo mártir
escocés John Ogilvie. “Venerado justamente como siervo fiel del evangelio, era verdaderamente
tenaz en su entrega a un ministerio pastoral difícil y peligroso, al punto de dar
su vida. Que el suyo – ha exhortado el Papa- sea un ejemplo para los sacerdotes de
hoy”.
Asimismo el Pontífice se ha congratulado por la importancia que se está
dando a la formación del clero, particularmente con la iniciativa “sacerdotes para
Escocia”. “El testimonio genuino de sacerdotes comprometidos en la oración y en llevar
con gozo su ministerio –ha dicho el Papa- da sus frutos no sólo entre los fieles,
sino también en las nuevas vocaciones”.
El Papa ha enfatizado el papel indispensable
del sacerdote en la vida de la Iglesia, sobre todo en el dispensar la Eucaristía “de
la cual, la misma Iglesia recibe la vida”, y ha alentado a aquellos que se ocupan
de la formación de los seminarios a “hacer todo lo posible para preparar una nueva
generación de sacerdotes comprometidos y vigilantes, humana, académica y espiritualmente
bien equipada para la tarea de ministros en el siglo XXI”.
En este sentido
Benedicto XVI ha recordado que “conjuntamente con una adecuada apreciación del papel
del sacerdote, se encuentra la correcta interpretación de la específica vocación del
laico”. Aunque a veces, ha reconocido, “existe una tendencia a confundir el apostolado
laico con ministerio laico, lo que ha llevado a un concepto introspectivo
de su papel eclesial”. Por este motivo el Pontífice ha recordado la visión del Concilio
Vaticano II, que invita a que el laico viva su vocación bautismal en todas partes,
– en la familia, en la patria, en el trabajo- de modo que participa activamente en
la misión de la Iglesia por la santificación del mundo. “Una renovada visión del apostolado
contribuirá a aclarar los roles de clero y del laicado para impulsar con energía la
evangelización de la sociedad. Operación que requiere premura en el afrontar los desafíos
que se presentan para afrontar el laicismo en su país”, ha señalado el Papa.
Benedicto
XVI se ha referido también a otros temas como la eutanasia que “golpea al corazón
mismo de la comprensión cristiana de la dignidad de la vida humana”. El Santo Padre
ha señalado también “la belleza de la unión y el gozo de la condición de progenitor”,
y ha invitado a estar seguros en “presentar esta enseñanza de manera tal, que se reconozca
el mensaje de esperanza que contiene”. Más adelante el Santo Padre ha lamentado que
la doctrina de la Iglesia sea percibida a menudo como una serie de prohibiciones y
posiciones retrógradas, “mientras la realidad, como sabemos, es creativa y dispensadora
de vida orientada hacia la búsqueda y realización de la felicidad que Dios ha implantado
en cada uno de nosotros”.
Al mencionar que la Iglesia de Escocia, como en
muchos países de Europa del Norte, ha sufrido la tragedia de la división, el Papa
ha evocado la gran fisura con el pasado católico de Escocia de hace 450 años. En este
sentido ha agradecido a Dios los progresos en la curación de las heridas que eran
la herencia de aquel período, particularmente el sectarismo.
“Una fuerte presencia
católica en la vida pública puede servir a enriquecer la vida nacional de Escocia
–ha finalizado- porque la gente de fe testimonia la verdad, en particular cuando ésta
se pona en duda”. El Papa ha concluido anunciando que al final de este año, tendrá
el gozo de estar presente entre los católicos de Escocia en su tierra natal. En preparación
de esta Visita Apostólica, ha invitado a los prelados a estimular entre su pueblo
la oración por aquel momento de gracia para toda la comunidad católica.