El Card. Bertone alienta al Osservatore Romano y a la Tipografía Vaticana a impulsar
la esperanza que edifica la fraternidad y el bienestar
Viernes, 29 ene (RV).- “Cristo es el Buen Pastor y el médico de la humanidad”, ha
recordado el cardenal Secretario de Estado de Benedicto XVI, en la Santa Misa que
ha presidido para los miembros del personal que trabajan en el L’Osservatore Romano
y en la Tipografía Políglota Vaticana. A primera hora de esta mañana -en el Palacio
Apostólico, en el esplendido marco de la Capilla Paulina- el cardenal Tarcisio Bertone
ha destacado la importancia del trabajo desarrollado en el diario y en la tipografía
vaticanos.
“Es un gran servicio
ofrecido a la Iglesia, en las diversas mansiones y responsabilidades, todas igualmente
importantes. Y en esta ocasión quisiera subrayar la peculiaridad de estos dos organismos,
utilísimos al Santo Padre para difundir e ‘imprimir’ en la mente y en los corazones
de los hombres – además que en papel – los contenidos de su magisterio”.
Con
la liturgia de hoy, el Card. Bertone ha evocado la alegoría del buen pastor presentada
por Jesús. Pues es Cristo el Buen Pastor y el médico para toda la familia humana.
Pues “no hay valor humano que Él no haya respetado, elevado y redimido. No hay sufrimiento
humano que Él no haya comprendido, compartido, valorizado. No hay necesidad humana
que Cristo no haya asumido y sufrido en sí mismo”.
“La imagen del Buen
Pastor recuperada en todo tiempo de la Iglesia y en el presente de cada uno de nosotros,
parece decirnos y repetirnos que el hombre tiene necesidad de Dios y de sus leyes.
Tiene necesidad de una guía, del Hijo de Dios hecho hombre como nosotros, que se le
acerca y le explica el significado de la vida. Ciertamente, el hombre y la mujer –
los papás y las mamás - tienen necesidad de pan, de alimento para su cuerpo, pero
en lo profundo tienen necesidad sobre todo de la Palabra que salva, del Amor, de Dios
mismo»”.
Destacando a san Juan Bosco, como guía creíble y pastor que sabe ofrecer
ayuda real y concreta, el Card. Bertone ha reiterado sintéticamente los rasgos del
fundador de los salesianos, padre y maestro de los jóvenes. Ser el primero en amar.
Amar a cada uno personalmente. Amar para liberar, no para poseer. Amar hasta el final
gratuitamente.
En la importante misión de los cristianos de impulsar la esperanza,
por el bien de la familia y de la sociedad, el purpurado se refirió a la importancia
de los niños y a la admonición evangélica de Jesús, advirtiendo que no se debe escandalizar
a los pequeños con la mediocridad de nuestra vida. Como hacen algunos medios de prensa,
cine y televisión, exaltando la necedad y maldad humana y promoviendo el pesimismo
en lugar de proclamar la esperanza cristiana.
“Anclados en la fe,
amantes de la Iglesia, atentos a la voz del Papa, todos vosotros, trabajadores de
todo orden y grado del L’Osservatore Romano y de la Tipografía Vaticana seamos y queramos
ser servidores de la esperanza que edifica la fraternidad humana y el bienestar, anclados
a una verdad vivida en la caridad, como ha sabido ilustrar y explicar, tan bien, nuestro
amado Papa Benedicto XVI”.