Benedicto XVI agradece a los carabineros de la Compañía Roma San Pedro su presencia
vigilante y discreta en torno al Vaticano
Jueves, 7 ene (RV).- Con alegría el Santo Padre acogió esta mañana a los carabineros
de la Compañía Roma San Pedro acompañados por el arzobispo Vincenzo Pelvi, Ordinario
Militar para Italia, junto con el Comandante General del Cuerpo, el General Leonardo
Gallitelli, a quien agradeció las amables palabras que le había dirigidos previamente
en nombre de los presentes.
A todos ellos el Obispo de Roma les agradeció
la diligente obra que realizan con su presencia vigilante y discreta en torno al Vaticano.
Y les dijo que su empeño contribuye a dar seguridad y serenidad a los peregrinos y
a las visitas que llegan a este centro de la fe católica, a la vez que les permite
el necesario recogimiento espiritual en su visita a la Tumba del apóstol Pedro así
como a la basílica que la contiene.
Benedicto XVI afirmó asimismo
a los carabineros que también “las fiestas natalicias que acaban de transcurrir, han
permitido a tantas personas apreciar su trabajo humilde, pero indispensable, para
que la peregrinación a Roma constituya para cada visitador una ocasión única para
experimentar la alegría de la fe y los valores de la fraternidad, de la acogida y
del respeto recíproco, siguiendo el ejemplo de Aquel que siendo Dios se hecho Niño
por amor a nosotros”.
El Papa se despidió de los Carabineros agradeciéndoles
una vez más su colaboración y pidiendo que el Señor los recompense. A la vez que formuló
votos para que su fe, así como la tradición de fidelidad y generosidad de la que
son herederos, junto a los ideales de su Cuerpo, los ayuden a “encontrar en este delicado
servicio motivos siempre nuevos de satisfacción y a vivir experiencias positivas para
su vida profesional y personal”.
Antes de impartir su bendición apostólica
-deseándoles que en este año nuevo obtengan las gracias deseadas y la prosperidad
en el Señor- el Pontífice los encomendó a su patrona María, la “Virgo fidelis”, para
que los acompañe, en particular -dijo- “a cuantos, en diversos países, están comprometidos
en delicadas misiones de paz, y para que acoja sus propósitos de bien presentándolos
a su Hijo divino”.