El decreto de virtudes heroicas de Pío XII no es un acto hostil contra los judíos
Miércoles, 23 dic (RV).- Sobre la firma de Benedicto XVI en el decreto de las virtudes
heroicas de Papa Pío XII hecho público el sábado pasado, y que en los últimos días
ha suscitado cierto número de reacciones en el mundo judío, la oficina de prensa de
la Santa Sede ha publicado una nota. En la misma se observa que el significado de
la firma del Papa es claro en el ámbito de la Iglesia católica y de los expertos en
la materia, pero reconoce que ciertamente puede requerir algunas explicaciones para
un público más vasto, en particular el judío, comprensiblemente más sensible a todo
lo que interesa el período histórico de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.
El Padre Lombardi director de la oficina de prensa de la Santa Sede destaca
que cuando el Papa firma un decreto sobre las virtudes heroicas de un siervo de Dios,
es decir, de una persona de la que ha sido introducida la causa de beatificación,
confirma la evaluación positiva dada por la Congregación para las Causas de los Santos,
que ha votado previamente tras haber examinado de manera minuciosa los textos escritos
y los testimonios que responden al hecho que el candidato ha vivido de modo ejemplar
las virtudes cristianas y ha manifestado su fe, esperanza y caridad en grado superior
al que se espera normalmente de los fieles.
El comunicado destaca que inclusive
una eventual y sucesiva beatificación se coloca en la misma línea de proponer al pueblo
de Dios, un modelo de vida cristiana. Citando las palabras pronunciadas por el Siervo
de Dios Juan Pablo II, se recuerda que, beatificando a un hijo suyo, la Iglesia no
celebra particulares opciones históricas realizadas por él, sino que lo señala para
imitación y veneración de sus virtudes, para alabanza de la gracia divina que en él
resplandece.
El extenso comunicado explica que, con la firma sobre el decreto
de las virtudes heroicas, no se pretende de ninguna manera limitar la discusión sobre
las hechos concretos realizados por Pío XII en el contexto histórico en que se encontraba.
Por su parte -leemos- la Iglesia afirma que ha sido realizada con la única intención
de desarrollar de la mejor manera posible el servicio de altísima y dramática responsabilidad
del Pontífice.
De cualquier manera, la atención y la preocupación de Pío XII
por el destino de los judíos, cosa que ciertamente -explica la nota- es relevante
para la evaluación de sus virtudes, aparecen ampliamente testimoniadas y reconocidas
inclusive por parte de muchos miembros del pueblo judío.
Queda abierta también,
en futuro, la investigación y la evaluación de los historiadores en su campo específico
y en el caso concreto se incluye la solicitud de mantener abiertas todas las posibilidades
de investigación sobre documentos.
El comunicado recuerda que las disposiciones
de gran amistad y respeto por parte de Benedicto XVI hacia el pueblo judío han sido
ya puestas de manifestó en múltiples ocasiones, y que encuentran, en su mismo trabajo
teológico un testimonio irrefutable. Por lo tanto, es claro que la reciente firma
del decreto no debe ser en ningún momento interpretada como un acto hostil contra
este pueblo, auspiciándose que no venga considerada un obstáculo sobre el camino del
diálogo entre judíos y católicos.
Es de esperar -concluye la nota- que la
próxima visita del Papa a la Sinagoga de Roma sea ocasión para confirmar y nuevamente
sellar con gran cordialidad estos lazos de amistad y estima.