2009-11-30 15:36:06

Benedicto XVI reitera la urgencia del testimonio común de los cristianos al servicio de la humanidad, la justicia y la paz


Lunes, 30 nov (RV).- Ante los crecientes desafíos que afronta la cristiandad, Benedicto XVI reitera la urgencia del testimonio común de los cristianos al servicio de la humanidad, la justicia y la paz. Cordial y fraterno Mensaje del Obispo de Roma - al servicio de la unidad, en la verdad y en la caridad - a Bartolomé I, con motivo de la fiesta de San Andrés, Patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.



Expresando sus fraternas felicitaciones con motivo de la fiesta de San Andrés, hermano de San Pedro, y patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Benedicto XVI ha enviado un Mensaje al Patriarca Bartolomé I.


Mensaje que ha llevado a Estambul el presidente del  Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, cardenal Walter Kasper, que encabeza la delegación pontificia que participa en las celebraciones dedicadas a San Andrés. Tradición que se renueva también este año, así como el Patriarca de Constantinopla envía a una delegación a Roma, asimismo todos los años, con motivo de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.


Extendiendo sus mejores deseos al Santo Sínodo, al clero y a todos los fieles, que reciben el cuidado pastoral que el arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico desarrolla, aún en circunstancias difíciles, testimoniando el Evangelio de Jesucristo, Benedicto XVI hace hincapié en esta importante conmemoración del apóstol Andrés, que culminó su vida con el martirio, testimoniando al Señor.


«La memoria de los santos mártires nos impulsa a todos los cristianos a dar testimonio de nuestra fe ante el mundo», reitera el Obispo de Roma, poniendo de relieve que «hay una urgencia particular en este llamado, en especial en nuestros días, en los que la Cristiandad afronta crecientes y complejos desafíos».


«El testimonio de los cristianos será más creíble si todos los creyentes en Cristo se aúnan en ‘un solo corazón y una sola alma’» (Hch 4, 32). Y «mientras avanzamos en nuestro camino hacia la anhelada comunión plena – subraya Benedicto XVI - debemos ofrecer también nuestro testimonio común, trabajando juntos al servicio de la humanidad. Es especial, en defensa de la dignidad de la persona humana, afirmando los valores éticos fundamentales, promoviendo  la justicia y la paz y respondiendo al sufrimiento que sigue afligiendo a nuestro mundo. En particular el hambre, la pobreza, el analfabetismo y la distribución no equitativa de los recursos».


Y recordando que la Iglesia Católica y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla coinciden también en el anhelo de «trabajar juntos en impulsar una mayor atención sobre la responsabilidad de la humanidad en lo que respecta a la creación», Benedicto XVI expresa nuevamente su profundo aprecio por las numerosas y valiosas iniciativas emprendidas en este sentido por el Patriarca Bartolomé I. Como el reciente encuentro internacional sobre Religión, Ciencia y Desarrollo.


En el importante camino ecuménico, destacando «el sincero compromiso de nuestras Iglesias a lo largo de las últimas décadas, con el anhelo de alcanzar la comunión plena y – que, a pesar de que no se haya logrado esta meta – se han cumplido importantes pasos para intensificar los lazos que nos unen, reconociéndonos como hermanos en Cristo», Benedicto XVI renueva su agradecimiento a la Iglesia de Chipre, por la generosa acogida que brindó el mes pasado, a los participantes en los trabajos de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico.


Refiriéndose al tema tratado en esa sesión plenaria, es decir, ‘El papel del Obispo de Roma en  la Comunión de la Iglesia en el I Milenio’, el Papa señala que «es ciertamente complejo y que requerirá un profundo estudio y amplio diálogo, si queremos aspirar a una integración compartida de las  tradiciones de Oriente y Occidente».


Tras recordar que «la Iglesia católica entiende el ministerio petrino como don del Señor a su Iglesia» y que este ministerio «no se debe interpretar enfocándolo en la perspectiva de poder, sino en el marco de una eclesiología de comunión, como servicio a la unidad en la verdad y la caridad», el Santo Padre señala, una vez más, que «el Obispo de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad - como afirmaba San Ignacio de Antioquía – es, con palabras de San Gregorio Magno, Siervo de los Siervos de Dios


En este contexto, citando lo que escribió su venerado predecesor el Siervo de Dios Juan Pablo II, Benedicto XVI recuerda lo que él mismo reiteró cuando visitó el Fanar, en noviembre de 2006, invitando a «pedir a Dios que nos bendiga, con el anhelo de que el Espíritu Santo nos guíe en estos difíciles pero prometedores pasos», que estamos cumpliendo.








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