2009-11-28 16:31:22

Las presidentas de Argentina y Chile rezan ante la tumba de Juan Pablo II


Sábado, 28 nov (RV).- Una vez finalizado el encuentro con el Santo Padre, las presidentas argentina y chilena, con su séquito, han sido acogidas por el cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano y arcipreste de la Basílica de San Pedro, quien las ha acompañado a las grutas vaticanas para un momento de oración, durante el cual han depositado dos coronas de flores sobre la tumba del siervo de Dios Juan Pablo II. El cardenal Comastri, en nombre de todos, ha expresado su sentida gratitud al verdadero artífice de la paz, que fue el papa Woitila.

“Un pastor que sintió como propia la necesidad de paz de dos pueblos, y que, con un amor apasionado por Dios y por los hombres, tomó como norma de actuación aquella frase evangélica: «bienaventurados los que construyen la paz, porque ellos serán llamados los hijos de Dios» (Mt 5, 19)”.

Posteriormente las mandatarias de Argentina y Chile han realizado una visita por los jardines vaticanos y se han dirigido a la Casina Pío IV donde, en la Sala de las Conferencias, se ha procedido a un intercambio de discursos con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano, y se ha descubierto una placa conmemorativa en este edificio, escenario, hace 25 años, de las negociaciones de paz entre ambos países. El encuentro concluyó allí mismo con el almuerzo.

En su discurso el cardenal Secretario de Estado, ha recordado aquel momento histórico, el 18 de octubre de 1984, cuando en presencia del cardenal Agostino Casaroli, se les entregó a los representantes de las delegaciones de las Repúblicas de Argentina y Chile el texto oficial del Tratado de Paz y Amistad para la solución del diferendo austral, que fue firmado el 29 de noviembre de aquel mismo año, bajo el amparo moral de la Santa Sede, y que ponía fin a la controversia territorial.

En el día de hoy, transcurridos 25 años desde aquel histórico Tratado, ha dicho textualmente el purpurado italiano, queremos rendir homenaje a todas aquellas personas que, con generosa dedicación y firme voluntad de paz, lograron llevarlo felizmente a término, a pesar de las aparentemente insuperables dificultades que se presentaban en su camino. En particular, recordamos al querido papa Juan Pablo II que, confiando en la gran experiencia diplomática y en la prudencia del cardenal Antonio Samoré, emprendió el proceso de mediación, como respuesta al pedido de los episcopados argentino y chileno, los cuales se hicieron así intérpretes de la angustia e inquietud tanto de los fieles de sus respectivas Iglesias locales como de la población en general de ambos países.

“Chile y Argentina, aunque separadas físicamente por los Andes -ha afirmado el cardenal Bertone- son dos naciones hermanas que están estrechamente unidas por un idéntico patrimonio religioso, cultural y lingüístico. Esta insondable riqueza espiritual, junto al inquebrantable anhelo de paz, integración y concordia de sus gentes, es la base de este histórico Tratado de Paz y Amistad”.

“Un tesoro común de fe y valores morales -ha finalizado diciendo el purpurado- que constituye una fuente continua de inspiración para no dejarse vencer por los obstáculos, ni permitir que las discordias, la rivalidad o la cerrazón, tengan la última palabra, sino la perseverancia incansable en la búsqueda de la convivencia, el respeto y el entendimiento recíproco".

En un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede, además de informar de la audiencias concedidas por el Santo Padre a las dos presidentas de Argentina y Chile, se puede leer que las dos ilustres huéspedes han tenido un encuentro con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, acompañado por Mons. Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados. En el curso de los coloquiales coloquios se ha recordado con gratitud la meritoria labor de mediación realizada por el siervo de Dios el Papa Juan Pablo II y del llorado Antonio Samoré, los cuales ayudaron a los dos países, por medio de la vía del diálogo a disipar una antigua controversia territorial.

En particular, se han detenido sobre el hecho que, en el curso de este cuarto de siglo, el entendimiento ha dado frutos concretos de bien y de prosperidad a los dos pueblos hermanos y continúa a ser ejemplo y modelo para los países de América Latina y para toda la comunidad internacional. También se han intercambiado puntos de vista sobre la actual situación internacional.








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