Miércoles, 25 nov (RV).- En Perú, el pasado 23 de noviembre en una celebración
eucarística con 86 egresados de la facultad de Medicina, de la Universidad Nacional
de “San Agustín”, el arzobispo de Arequipa, Mons. Javier del Río Alba, recordó a los
nuevos médicos que para esta profesión “han sido elegidos por Dios de una manera que
quizás no logren imaginar” por lo que alertó a los egresados a no caer en los engaños
de la “hipocresía del hombre y, el interés personal económico y material” que pueden
llevar a algunos, incluso negar que la vida comienza en el momento de la fecundación
con la finalidad para legalizar el asesinato de niños en el vientre de sus madres.
El
arzobispo de Arequipa, Mons. Javier del Río Alba los llamó a estos nuevos médicos
a reflexionar sobre la responsabilidad que Dios ha puesto en sus manos, teniendo bajo
su poder, el presente y el futuro de muchas personas, a través del cumplimiento del
juramento de Hipócrates basado en la defensa de la vida, que es la que “marcará la
diferencia de aquellos que elijan el bien y de las personas, que en su vida prefieran
seguir el mal, para servir a imperios que tarde o temprano, caerán”.
El
Servicio Jesuita a Refugiados en una nota publicada esta semana alude a la situación
de los refugiados y solicitantes de asilo en la Isla de Christmas, Australia y
de cara a las nuevas e implacables leyes que se están aplicando por parte del gobierno.
El director del organismo humanitario de la Compañía de Jesús, padre Sacha Bermudez-Goldman
pregunta si es justo maltratar a quienes buscan mejorar sus condiciones de vida, y,
más directamente, si nos gustaría ser tratados como está sucediendo en esta región
del mundo.
Recuerda además que quienes piden asilo y los refugiados carecen
de los niveles mínimos de recepción sin que se les respete su dignidad y derechos
humanos. En efecto el gobierno australiano no está haciendo nada por promover las
condiciones y la Isla Christmas, ya no cuenta con espacio a disposición para acoger
a los refugiados, en su mayoría provenientes de Sri Lanka.
Permanecemos
en el ámbito de los refugiados y nos vamos a África: en las últimas semanas 40 mil
angoleños fueron expulsados de las dos repúblicas africanas del Congo, donde
se están cometiendo actos de barbarie contra los refugiados angoleños en sus territorios.
Una nota de denuncia ha sido lanzada por Ayuda a la Iglesia Necesitada, asociación
dependiente de la Santa Sede, fundada por el padre Werenfried Van Straaten, para ayudar
pastoralmente a la iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del
mundo.
“Hemos visto sufrimientos inimaginables y condiciones terribles” escriben
los sacerdotes Andrzej Halemba y p. Ulrich Kny, miembros de este organismo: “Los
gobiernos de la República Democrática del Congo y de la vecina República del Congo
Brazzaville –escriben- están repeliendo a los ciudadanos angoleños de su territorio
con métodos brutales sin preaviso y con la indicación de abandonar inmediatamente
el país. Algunos de los refugiados se han visto obligados a recorrer a caminando hasta
900 km sin alguna comprensión hacia los más débiles, los ancianos los enfermos, los
niños y las mujeres embarazadas. La única asistencia que de momento esta población
está obteniendo proviene de los padres Capuchinos y cuatro religiosas de la Misericordia
que abrieron su convento para acoger a estas personas.