2009-11-19 13:11:11

El Papa recuerda a los docentes y estudiantes de las Universidades católicas que deben ser siempre instrumentos del anuncio evangélico


Jueves, 19 nov (RV).- Después de mediodía el Papa recibió en audiencia a los docentes de los pontificios ateneos romanos y participantes en la asamblea general de la federación internacional de las Universidades católicas.

Este encuentro se lleva a cabo en el 30° aniversario de la Constitución apostólica “Sapientia Cristiana”, promulgada el 15 de abril del 1979 por el siervo de Dios Juan Pablo II en concomitancia con el 60° aniversario del reconocimiento por parte de la Santa Sede del Estatuto de la federación internacional de las Universidades católicas. Ambos eventos - dijo el Papa- le han ofrecido la ocasión de reafirmar, una vez más, el papel insustituible de las facultades eclesiásticas y de las Universidades católicas en la Iglesia y en la sociedad.

Como lo afirmaba el concilio Vaticano II en la declaración “Gravissimum Educationis” cuando exhortaba a las facultades eclesiásticas a profundizar en los diferentes sectores de la ciencia sacra y así tener conocimiento, cada vez más profundo, de la revelación, para explorar el tesoro de la sabiduría cristiana, favorecer el diálogo ecuménico e interreligioso y responder a los problemas emergentes en el ámbito cultural.

Esta invitación del concilio Vaticano II encontró eco en la Iglesia - dijo también el Santo Padre – y añadió que, en efecto, hoy día son más de 1.300 las Universidades católicas y casi 400 las facultades eclesiásticas diseminadas en todos los continentes, muchas de las cuales han surgido en los últimos decenios, como testimonio de una creciente atención de las Iglesias particulares en la formación de los eclesiásticos y laicos en la cultura y la investigación.

El papa también dijo que es importante que todos, docentes y estudiantes, no pierdan de vista el objetivo final, es decir, el de ser instrumento del anuncio evangélico. Puesto que los años de estudios eclesiásticos superiores se pueden comparar con la experiencia que los apóstoles vivieron con Jesús: estar con Él les permitió conocer la verdad, para convertirse después en anunciadores.

Por último el Pontífice les dijo que el estudio de las ciencias sacras no se debe separar de la oración de la unión con Dios, así como de su contemplación, de lo contrario, las reflexiones sobre los misterios divinos pueden convertirse en un vano ejercicio intelectual.







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