El Papa reitera que la profunda crisis económica, causada por la falta de ética y
valores, evidencia la exigencia de una mayor inversión en educación
Jueves, 12 nov (RV).- Al final de esta mañana, el Papa ha dado su cordial bienvenida,
con gran alegría a los docentes y alumnos de la Libre Universidad María Santísima
Asunta, que han querido celebrar con el Santo Padre el 70 aniversario de su fundación.
Siete décadas en las que - como ha subrayado Benedicto XVI - este Ateneo italiano
- nacido por iniciativa de la sierva de Dios Madre Luigia Tincani y del cardenal Giuseppe
Pizzardo, entonces prefecto de la Congregación de los Seminarios y de las Universidades
– «mientras iba evolucionando la situación cultural y legislativa en Italia y en Europa,
ha sabido cumplir un camino de crecimiento con una doble atención: permanecer fiel
a la intuición de su fundadora y, al mismo tiempo, responder a los nuevos desafíos
de la sociedad»:
«En efecto, el contexto
de hoy se caracteriza por una preocupante emergencia educativa, sobre la cual he tenido
la oportunidad de detenerme en varias ocasiones y en la cual asume una relevancia
muy especial la tarea de aquellos que están llamados a la enseñanza. Se trata, ante
todo, del papel de los docentes universitarios, pero también del camino formativo
de los alumnos que se preparan a desarrollar la profesión de docentes en los diversos
órdenes y grados de la escuela, o como profesionales en los distintos ámbitos de la
sociedad».
«Toda profesión se vuelve ocasión para testimoniar y poner
en práctica los valores interiorizados personalmente durante el periodo académico»,
ha reiterado el Papa, explicando luego que «la profunda crisis económica difundida
en todo el mundo, con las causas que la han originado, han evidenciado la exigencia
de una inversión más decidida y valiente en el campo del saber y de la educación,
como senda para responder a los numerosos desafíos que se abren y para preparar a
las jóvenes generaciones a construir un futuro mejor».
Evocando su encíclica
social Caritas in veritate (cfr 30-31;61), Benedicto XVI ha recordado la urgencia
de que las instituciones académicas afronten las apremiantes cuestiones de carácter
ético. Contexto en el que, «a las universidades católicas se les ha encomendado un
papel de relieve, en fidelidad a su identidad específica y en el esfuerzo por brindar
un servicio cualificado en la Iglesia y en la sociedad», ha enfatizado el Santo Padre,
destacando la actualidad de las indicaciones ofrecidas por su predecesor en la Constitución
apostólica Ex corde Ecclesiae. Documento en el que el Siervo de Dios Juan Pablo II,
señalaba entre las tareas de la universidad católica - ‘nacida del corazón de la
Iglesia’ – la de garantizar institucionalmente una presencia cristiana en el mundo
académico:
«En la compleja
realidad social y cultural, la universidad católica está llamada a actuar con la inspiración
cristiana de cada miembro y de la Comunidad universitaria como tal; con la incesante
reflexión sapiencial, iluminada por la fe y la investigación científica. En fidelidad
al mensaje cristiano, tal como es presentado por la Iglesia; con el compromiso institucional
al servicio del pueblo de Dios y de la familia humana, en su camino hacia la meta
definitiva».
Antes de terminar su denso discurso, Benedicto XVI ha encomendado
a los queridos amigos de la comunidad universitaria, Libre Universidad María Santísima
Asunta, a la Virgen María –Sedes Sapientiae – para que guíe su camino con la verdadera
sabiduría que viene de Dios. Y los ha alentado a perseverar en la importante misión
que les corresponde - tanto a los docentes como a los alumnos - en el diálogo entre
fe y razón, en constante atención ética, elaborando positivas síntesis entre fe y
cultura e impulsando el crecimiento pleno y armonioso de la persona humana:
«Hoy, como en el
pasado, la universidad tiene necesidad de verdaderos maestros, que transmitan, junto
con los contenidos y saberes científicos un riguroso método de investigación y valores
y motivaciones profundas. Inmersos en una sociedad fragmentada y relativista, vosotros
queridos alumnos, mantened siempre abiertos la mente y el corazón a la verdad. Dedicaos
a adquirir, de forma profunda, los conocimientos que concurren a la formación integral
de vuestra personalidad, a afinar la capacidad de investigación de lo verdadero y
del bien durante toda la vida, a prepararos profesionalmente para llegar a ser constructores
de una sociedad más justa y solidaria».
A este encuentro con el Papa acudieron
unas siete mil personas, entre docentes y alumnos, de la gran familia de la LUMSA,
como se conoce a este ateneo por sus iniciales en italiano. Benedicto XVI ha agradecido
las amables palabras del rector y ha saludado asimismo a algunas personalidades presentes,
entre ellas al presidente del senado de Italia. Esta importante universidad cuenta
en la actualidad con cerca de 9 mil alumnos en las cuatro sedes que tiene en el territorio
italiano y como ha recordado el Pontífice está profundamente enlazada con la Santa
Sede.