El Papa recibe al nuevo embajador de Irán y alienta a la colaboración de todos los
creyentes para construir un mundo más humano
Jueves, 29 oct (RV).- Alentando a la urgente necesidad de nuestro tiempo de que los
creyentes de las diversas religiones colaboren en armonía para construir un mundo
más humano y conforme al proyecto de Dios, el Papa ha reiterado que la Santa Sede
desea consolidar sus buenas relaciones con la República Islámica de Irán, por el bien
de la familia humana, impulsando sin cesar la paz, promoviendo la dignidad humana
sin distinción y tutelando los derechos humanos universales, afianzados en la libertad
religiosa y de conciencia.
Benedicto XVI ha dado su cordial bienvenida esta
mañana al nuevo embajador iraní, recordando la presencia católica en esta nación desde
los comienzos del cristianismo y su papel en la promoción de la convivencia armoniosa
con los musulmanes, con el anhelo de que las autoridades iraníes garanticen a los
cristianos las condiciones esenciales para su existencia.
En su denso discurso,
agradeciendo al embajador sus amables palabras y los parabienes que le ha transmitido
en nombre del presidente de la República Islámica de Irán, Mahmud Ahmadineyad, el
Papa ha reiterado que «por su presencia en los organismos internacionales y sus relaciones
bilaterales con numerosos países, la Santa Sede desea defender y promover la dignidad
del hombre. Con el anhelo asimismo de estar al servicio del bien de la familia humana,
con un interés particular en lo que respecta a los aspectos éticos, morales y humanitarios
de las relaciones entre todos los pueblos» y favoreciendo «la comprensión mutua y
la colaboración por el bien común».
Evocando las eminentes tradiciones espirituales
del pueblo iraní y su profunda sensibilidad religiosa - «motivo de esperanza para
una apertura creciente y una colaboración confiada con la comunidad internacional»,
Benedicto XVI ha recordado que «por su parte, la Santa Sede siempre estará dispuesta
a trabajar en armonía con los que sirven la causa de la paz y que promueven la dignidad
que el Creador ha dado a todo ser humano».
«En la actualidad, todos debemos
esperar y apoyar una nueva fase de cooperación internacional, fundada con mayor firmeza
en los principios humanitarios y la ayuda efectiva a los que sufren, sin que ello
dependa de fríos cálculos de intercambios y beneficios técnicos y económicos», ha
señalado el Santo Padre, reiterando luego que «la fe en el único Dios debe acercar
a todos creyentes e impulsarlos a trabajar juntos en favor de la defensa y la promoción
de los valores humanos fundamentales».
Destacando el lugar fundamental de
la libertad religiosa y de conciencia, entre los derechos universales, el Santo Padre
se ha referido a la importancia de la dignidad de las personas y pueblos, de la tutela
de la vida, la justicia y la solidaridad.
Una vez más, Benedicto XVI ha puesto
de relieve la actualidad y urgencia del establecimiento de relaciones cordiales entre
las distintas religiones «con el fin de construir un mundo más humano y conforme
al proyecto divino sobre la creación», expresando su alegría por los encuentros organizados
con regularidad, desde hace varios años, entre el Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso y la Organización para la Cultura y las Relaciones Islámicas, sobre
temas de interés común para toda la humanidad.
«Por otra parte, los católicos
están presentes en Irán desde los primeros siglos del cristianismo y son aún parte
integrante de la vida y la cultura de la Nación», ha recordado el Santo Padre, haciendo
hincapié en que «esta comunidad es realmente iraní y su experiencia secular convivencia
armoniosa con los musulmanes es sumamente útil para la promoción de una mayor comprensión
y cooperación».
El Papa ha subrayado que «la Santa Sede confía en que las
Autoridades iraníes sabrán reforzar y garantizar a los cristianos la libertad de profesar
su fe y asegurar a la comunidad católica las condiciones esenciales para su existencia,
en particular, la posibilidad de contar con personal religioso suficiente y las facilidades
para desplazarse en el país para garantizar el servicio religioso de los fieles».
Benedicto XVI ha afirmado que espera que se desarrolle un diálogo confiando y sincero
con las instituciones del país, con el fin de mejorar la situación de las comunidades
cristianas y de sus actividades en el contexto de la sociedad civil, impulsando su
sentido de pertenencia en la vida nacional.
Asegurando luego el anhelo de la
Santa Sede - en el cumplimiento de su misión - de ayudar «a la comunidad católica
en Irán a mantener vivos los signos de la presencia cristiana, en un espíritu de buen
entendimiento con todos», Benedicto XVI ha enviado sus mejores saludos «a las comunidades
católicas que viven en Irán, así como a sus Pastores», reafirmando que «el Papa permanece
al lado de todos fieles y ruega por ellos para que, manteniendo con perseverancia
su propia identidad y permaneciendo apegados a su tierra, colaboren generosamente
con todos sus compatriotas en el desarrollo de la Nación».