Audiencia general: el Papa resalta la gran renovación espiritual que suscitó la teología
monástica y la escolástica de la Edad Media cristiana
Miércoles, 28 oct (RV).- Benedicto XVI ha exhortado esta mañana a los fieles de todo
el mundo, durante la Audiencia General, “a una escucha más atenta del Evangelio en
la misa dominical”. “Que la Palabra de Dios sea lámpara que ilumina nuestro camino
en la tierra”. La invitación a nutrir nuestra existencia con la palabra de Dios la
ha hecho el Santo Padre durante su catequesis ante unos 30 mil fieles y peregrinos
presentes en la plaza de san Pedro.
Tomando como ejemplo “la floritura” de
la teología latina en el siglo XII, y en particular de los dos distintos modelos de
teología nacidos de aquella vasta renovación espiritual, el Papa ha hablado de la
teología monástica nacida en los monasterios, y de la teología escolástica surgida
en las “Scholae” que crecieron junto a las catedrales, algunas de las cuales bien
pronto dieron vida a las primeras universidades, que son una “típica invención del
Edad Media cristiana”.
El sínodo de los obispos de 2008, sobre la “Palabra
de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”, ha recordado el Papa, “ha puesto
de manifiesto una vez más la necesidad espiritual de las Sagradas Escrituras”. De
ahí la importancia de la teología monástica, “una ininterrumpida exégesis bíblica”,
que sobrentiende que la lectura puramente teórica, no basta para entrar en las Sagradas
Escrituras. “Se debe leer la Biblia con el espíritu con la que ha sido creada”.
Este
ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los
peregrinos de nuestra lengua, presentes en la plaza de san Pedro, que han participado
en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas: Hoy deseo detenerme en una serie de hechos
que, durante el siglo doce, provocaron un contexto favorable para el renacimiento
de la teología latina. En este tiempo, en Europa reinaba la paz y el desarrollo económico
y social. En la Iglesia, la “reforma gregoriana” iba produciendo notables logros,
como la radicalidad evangélica de las comunidades y del clero o la expansión de la
vida consagrada. Este resurgir puso las bases para que, en el siglo trece, despuntaran
figuras como Santo Tomás o San Buenaventura. En este contexto,
los monasterios fueron un ámbito de gran actividad teológica. En ellos, los monjes,
dotados de una vasta cultura y de un gran fervor evangélico, trataban de suscitar
el deseo de Dios, mediante la contemplación de los misterios sagrados en la Escritura.
Precisamente, este acercamiento espiritual al texto bíblico -la lectio divina- fue
uno de los temas centrales del Sínodo de los Obispos del año dos mil ocho. Otro
ámbito de este florecimiento teológico fueron las escuelas que aparecen junto a las
catedrales. Estos centros, dedicados a la instrucción del clero, buscaban presentar
la armonía y la unidad de la Revelación cristiana, mediante el llamado “método escolástico”,
donde predomina la confianza en la razón para la comprensión de las verdades de fe.
Saludo a los fieles de lengua española, procedentes de España
y Latinoamérica. En particular, a los miembros de la Cofradía de la Vera Cruz, de
Caravaca; a los fieles de la Parroquia Los Santos, de Torreón Coahuila; al grupo del
Colegio Salesiano de San Juan y a los peregrinos provenientes de Bolivia. A todos
os invito a acrecentar el deseo y la búsqueda de una íntima unión con Dios, que anime
y sostenga vuestra fe y vuestra vida como creyentes. Muchas gracias. Antes
de finalizar, como siempre, el Santo Padre se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos
y a los recién casados. Hoy la liturgia recuerda a los santos apóstoles Simón y Judas
Tadeo. Que su testimonio evangélico os sostenga a vosotros, queridos jóvenes, en el
compromiso cotidiano de fidelidad a Cristo; que os anime a vosotros, queridos enfermos,
a seguir siempre a Jesús en el camino de la prueba y del sufrimiento; que os ayude
a vosotros, queridos reciñen casados, a hacer de vuestra familia un lugar de encuentro
constante con el amor de Dios y de los hermanos.