Intervención de la Sra. Myriam Inmaculada GARCÍA ABRISQUETA, Presidenta de "Manos
Unidas"y Miembro del Pontificio Consejo "Cor Unum" (ESPAÑA), Oyente
Sra. Myriam Inmaculada GARCÍA ABRISQUETA, Presidenta de "Manos Unidas"; Miembro del
Pontificio Consejo "Cor Unum" (ESPAÑA)
La aportación se sitúa en el "Instrumentum
laboris": Capítulo IV La Iglesia Familia de Dios en acción: testimonio y nuevas perspectivas,
103-105, 115, 117,137,145. Igualmente, se realiza desde la experiencia de Manos Unidas
en la promoción del desarrollo humano integral entre los colectivos más desfavorecidos
de Africa y desde la vocación laical de esta institución. África tiene una extraordinaria
cultura ancestral, valioso patrimonio que enriquece a quien tiene la suerte de poder
acercarse a él. Sin embargo, en amplias zonas de este continente no están atendidas
las necesidades más básicas, y esto es una herida profunda tanto para el pueblo africano
como para todos los seres humanos. La Iglesia ofrece en África un testimonio magnífico
en favor de la justicia, del perdón y de la paz. Las organizaciones eclesiales de
desarrollo han de continuar apoyando este trabajo de la Iglesia en el continente.
Deben, además, estar realmente junto al pueblo africano, acompañando sus procesos
sin imposiciones. Para asegurar el derecho a la alimentación, ha de favorecerse la
agricultura familiar y hacer lo mismo en los demás frentes fundamentales del desarrollo:
sanidad, educación, promoción social y promoción de la mujer. Pocas consecuencias
de las que perviven en la sociedad africana son tan perniciosas como la discriminación
de la mujer. Éstas pueden jugar un importante papel en la resolución de conflictos. Es
responsabilidad de todos trabajar en la transformación de los valores en los países
del norte, denunciar las injusticias y fomentar en las grandes instituciones el cumplimiento
de los compromisos adquiridos, cimentando de este modo un futuro más justo para el
pueblo africano. Celebrar en este Sínodo nuestros 50 años es un privilegio para Manos
Unidas. Gracias Santo Padre por ofrecernos esta oportunidad. Apostamos por hacer la
cooperación al desarrollo desde la verdadera fraternidad. Queremos así contribuir
a través de la caridad y la acción social a mostrar el maravilloso y entrañable rostro
de Jesucristo y su Mensaje de salvación.