2009-10-21 13:10:04

Cultura y Humanismo: las vocaciones misioneras


Miércoles, 21 oct (RV).- RealAudioMP3 “Encomiendo a la protección maternal de María Santísima, que durante este mes invocamos especialmente con el título de Nuestra Señora del Rosario, a todos los misioneros del mundo, para que no les falte nunca nuestro apoyo espiritual y material en su difícil tarea apostólica”. De este modo el Santo Padre Benedicto XVI recordaba este domingo la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones 2009 que se enmarca en el mes dedicado a las vocaciones misioneras.

“En el mes de octubre –señaló el Papa durante el Ángelus del pasado domingo- la Iglesia universal pone de relieve la propia vocación misionera”. Porque guiada por el Espíritu Santo, la vocación sabe que es una llamada a proseguir la obra del mismo Jesús anunciando el Evangelio del Reino de Dios, que “es justicia, paz y felicidad en el Espíritu Santo” (Rm 14,17). “Este Reino –sentenció Benedicto XVI- está ya presente en el mundo como fuerza de amor, de libertad, de solidaridad, de respeto de la dignidad de cada hombre, y la Comunidad eclesial siente en su corazón, la urgencia de trabajar para que la soberanía de Cristo se realice plenamente”.

En este mes de octubre dedicado a las vocaciones misioneras, cobra especial importancia el tema elegido para la Jornada Mundial de las Misiones: “La Palabra, la luz para los pueblos”. Según se puso en evidencia en el Sínodo de los Obispos de 2008, “la Palabra de Dios es un bien para todos los hombres, que la Iglesia no debe conservar solo para sí, sino compartir con alegría y generosidad con todos los pueblos y las culturas, para que también ellos puedan encontrar en Jesucristo el camino, la verdad y la vida (cf. Jn 14,6)”.

Los padres sinodales remarcaron el ejemplo de San Pablo, de los apóstoles y de tantos misioneros que, a lo largo de la historia, llevaron el Evangelio a los pueblos, por este motivo reafirmaron la urgencia de la misión ad gentes también en nuestro tiempo. “Un anuncio –señalaron- que debe ser explícito, hecho no solo dentro de las iglesias, sino en todas partes, y debe ser acompañado por el testimonio coherente de vida, la cual hace evidente el contenido y lo refuerza”. En este sentido invitaban a obispos, sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada y laicos, a estar cerca también de las personas que no participan en la liturgia y no frecuentan las comunidades. “La Iglesia debe ir hacia todos con la fuerza del Espíritu (cf. 1Co 2,5) y seguir proféticamente defendiendo el derecho y la libertad de las personas a escuchar la Palabra de Dios, buscando los medios más eficaces para proclamarla, incluso con el riesgo de la persecución”. (Sínodo de los Obispos, 2008, proposición 49).

El director nacional de las Obras Misionales Pontificias en España, monseñor Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona y Tudela, analizaba recientemente en una entrevista la importancia precisamente de la “Palabra”: “La Palabra de Dios tiene una Luz que siempre brillará porque es Jesucristo que ilumina al ser humano con su mensaje de amor y de Redención. En lo más íntimo del corazón de la humanidad hay un deseo de amor, felicidad y paz. Este deseo sólo lo puede colmar el Señor, él se ha puesto en nuestro lugar y nos ha dado lo mejor de sí. Las palabras humanas tienen una caducidad y cuando se convierten en ideologías absolutas, ellas mismas acaban muriendo en el anonimato más absurdo. La luz que brilla e ilumina está en la Palabra de Dios que transmite paz, justicia y fraternidad. Cuando la paz pasa por momentos oscuros, la Palabra de Dios habla de reconciliación y perdón. Cuando la justicia está a expensas de los intereses egoístas, la Palabra de Dios nos muestra el rostro del auténtico amor. Cuando la fraternidad se fragmenta, la Palabra de Dios nos manifiesta el mandamiento nuevo: “Amaos como yo os he amado”. Siempre es Luz y alumbra aunque las tinieblas parezcan apagarla”.

Finalizamos este programa de hoy con la invitación que lanzó el Papa este domingo y que está de actualidad durante todo el año, pero en especial en este mes de octubre dedicado a las vocaciones misioneras: “Os invito a todos a orar por tantos sacerdotes, religiosos y laicos”.








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