El Papa aprueba una Constitución Apostólica para responder a las peticiones de los
anglicanos que desean entrar en comunión plena con Roma
Martes, 20 oct (RV).- Benedicto XVI aprueba una Constitución Apostólica para "responder
a las numerosas peticiones de grupos de clérigos y fieles anglicanos que desean entrar
en comunión plena y visible” con Roma. La estructura canónica será la de Ordinariatos
Personales.
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha hecho pública hoy
una nota informativa a cerca de la preparación de una Constitución Apostólica, con
la que Iglesia Católica responde y se dispone a aceptar las numerosas peticiones que
llegan a la Santa Sede por parte de grupos de clérigos y fieles anglicanos que desean
entrar en plena y visible comunión con Roma. A este respecto, el arzobispo católico
de Westminster y primado de Inglaterra, Mons. Vincent Nichols y el arzobispo de Canterbury,
Rowan Williams, primado de la comunión anglicana, han hecho pública una declaración
conjunta.
En la Constitución Apostólica, que será publicada pronto, el
Santo Padre ha introducido una estructura canónica que dispone que esta reunión corporativa
en el seno de la Iglesia se realice a través de la institución de Ordinariatos Personales,
que permitan a los fieles anglicanos entrar en plena comunión con la Iglesia Católica,
conservando al mismo tiempo elementos del específico patrimonio espiritual y litúrgico
anglicano.
Según el tenor de la Constitución Apostólica, la vigilancia y la
guía pastoral para estos grupos de fieles serán aseguradas por un Ordinariato Personal,
y el Ordinario será nombrado por el clero anglicano. La Constitución Apostólica intenta
crear un equilibrio entre el interés por conservar el precioso patrimonio anglicano
y, por otra parte, existe la preocupación de que estos grupos y su clero sean incorporados
a la Iglesia católica. Por tanto la Constitución Apostólica, representa una respuesta
razonable y necesaria ante un fenómeno global, al que se ofrece un único modelo canónico
para la Iglesia universal.
Este modelo prevé la posibilidad de ordenaciones
de clérigos casados ex anglicanos, como sacerdotes católicos. Por razones históricas
y ecuménicas, en cambio, los obispos católicos no podrán ser hombres casados. Los
seminaristas del Ordinariato serán preparados junto a los católicos, aunque en algunos
casos se podrá abrir una casa de formación con el fin de responder a las particulares
necesidades de formación en el patrimonio anglicano. El cardenal William Levada, prefecto
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha señalado que con esta propuesta la
Iglesia intenta responder a las legítimas aspiraciones de estos grupos anglicanos
que desean una comunión plena y visible con el Obispo de Roma.
Recordamos,
que desde el siglo XVI cuando el rey Enrique VIII declaró la independencia de la Iglesia
de Inglaterra de la autoridad del Papa, la Iglesia de Inglaterra creó las propias
confesiones doctrinales, usanzas litúrgicas y prácticas pastorales, incorporando a
menudo ideas de la Reforma protestante que llegaban del continente europeo. En los
más de 450 años de historia, la cuestión de la reunión entre anglicanos y católicos
siempre se mantuvo viva.
En la mitad del siglo XIX el Movimiento de Oxford
mostró un renovado interés por los aspectos católicos del anglicanismo. Y posteriormente,
el Concilio Vaticano II, nutrió ulteriores esperanzas para la unión. Desde entonces
las relaciones entre anglicanos y católicos romanos han creado un clima de mayor comprensión
y mutua cooperación.