Relacione presentada por Mons. Obiora Francis IKE, Director del "Catholic Institute
for Development, Justice and Peace" (NIGERIA)
Rev.do Mons. Obiora Francis IKE, Director del "Catholic Institute for Development,
Justice and Peace" (CIDJAP), Enugu, Nigeria (NIGERIA)
Nuestra propuesta concierne
a la realización de unas estructuras que refuercen la unidad episcopal en las comunidades
eclesiales de todos los continentes, en solidaridad y corresponsabilidad recíprocas.
La SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar) será reforzada
y, si es necesario, también revisada y reformada para ser una estructura episcopal
continental y pastoral eficiente, al servicio de las necesidades africanas, con países
miembros, poniendo también a disposición recursos materiales, financieros y humanos. A
los obispos africanos les preocupa mucho la libertad de movimiento y los derechos
de los emigrantes y de los trabajadores que sufren en todo el mundo unas políticas
restrictivas, y que a menudo están obligados a vivir en unas condiciones inhumanas.
En muchos países se está produciendo un recrudecimiento enorme del racismo y de la
xenofobia, y son muchos los africanos que se convierten en víctimas de este tratamiento
inhumano. Es necesario tratar a las personas con dignidad y respeto también en los
países de destino. Por nuestra parte tenemos que intentar comprender por qué tantos
jóvenes, a menudo profesionales, dejan sus países de origen. También sería necesario
crear unas comisiones en cada diócesis de África para promover la dignidad y el papel
de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. Otro aspecto que hay que considerar
en concreto es la falta de conocimiento de las enseñanzas de la Iglesia y de sus potencialidades
en el campo de la educación y de la formación para mejorar la calidad de la vida.
Por ello exhortamos a dar vida a una formación permanente, con programas de reconciliación,
justicia y paz. A pesar de las grandes potencialidades de los pueblos africanos,
observamos que nuestros países sufren a causa de una pobreza extrema y del mal gobierno.
Afrontar esta situación es para nosotros un reto. Por tanto, repitamos el principio
de “Ecclesia in Africa” nº 104 que, con este objeto, exhorta claramente a una acción
urgente de la Iglesia en África (nº 104). También es de especial importancia la
formación de los agentes pastorales que deben insistir en la difusión del concepto
de dignidad del trabajo, en la movilidad de los ahorros, en la fiabilidad, en el uso
de una planificación adecuada, y en la creación de unos bancos de microcrédito para
sostener a los pequeños ahorradores, a los empresarios, y para financiar proyectos
agrícolas, escuelas e infraestructuras que puedan garantizar a la Iglesia la autosuficiencia. Por
último, deseamos que el Sínodo exhorte a crear un Consejo Africano de Paz que intervenga
y asista a la Iglesia local en la resolución de los conflictos y en la edificación
de la paz en el continente.