Relacione presentada por Mons. Lucas ABADAMLOORA, Obispo de Navrongo-Bolgatanga (GHANA)
S. E. R. Mons. Lucas ABADAMLOORA, Obispo de Navrongo-Bolgatanga, Presidente de la
Conferencia Episcopal (GHANA)
Los retos que afronta la sociedad son retos también
para la familia: fidelidad, pobreza, violencia, control de los nacimientos, divorcio,
etc. De aquí la necesidad de alentar a los cristianos a prepararse adecuadamente al
matrimonio y a la generosidad en la procreación de nuevas vidas. Es más, hay que reforzar
el matrimonio cristiano en su papel de Iglesia doméstica, y la familia africana en
general no tiene que cerrar los ojos ante las modernas amenazas que esta institución
está afrontando. La formación tiene un papel esencial y hay que reforzarla en todos
los campos. Los laicos necesitan una formación permanente que contemple sus capacidades
profesionales y también para profundizar su vida espiritual y el conocimiento de la
doctrina social de la Iglesia, para que sean testigos de reconciliación, justicia
y paz en todos los ámbitos de la vida. Por su parte, los laicos pueden ayudar en la
formación de los sacerdotes, para que estos enriquezcan su preparación, no sólo académica,
sino también espiritual y social. Los presbíteros necesitan ayuda para profundizar
su vocación y apreciar el sentido de su ministerio. Pueden hacer mucho para curar
las muchas heridas que la gente tiene abiertas, fruto de los conflictos y los dramas
que ha sufrido el continente. En este sentido, se debería llevar a cabo una purificación
de la memoria como camino hacia la justicia y la reconciliación. Puesto que "en la
verdad se encuentra la paz", con la luz de Cristo la Iglesia puede ayudar en este
desafío a través de la vida sacramental, las liturgias de perdón y unos asesores bien
preparados. Hay que valorizar también el papel de la Iglesia en lo que se refiere
al apostolado con los presos, la promoción de su dignidad humana y el impulso de la
reconciliación y la integración en la vida social. La sociedad, además, tiene que
despertar ante el flagelo de la difusión del HIV, que está diezmando las familias.
Hay que dar más protagonismo a la juventud, porque merece un acceso más amplio a la
educación, a la formación integral y a una catequesis que profundice su fe. De aquí
la necesidad de una formación religiosa más profunda también de los maestros. En todo
ello juega un papel de gran importancia la difusión y la consolidación de los valores
humanos, como la dignidad de la persona, el bien común, el valor y la paz como justicia
para el desarrollo de la sociedad. Por eso la pastoral de la Iglesia en África, en
su diálogo con la sociedad, tiene que prestar gran atención a la tarea de los medios
de comunicación, sobre todo de los católicos principalmente en la reconciliación,
la justicia y la paz.