2009-10-15 17:59:45

Intervención de Mons. Rudolf DENG MAJAK, Obispo de Wau, Presidente de la Conferencia Episcopal (SUDÁN)


S. E. R. Mons. Rudolf DENG MAJAK, Obispo de Wau, Presidente de la Conferencia Episcopal (SUDÁN)

Intervención consignada por escrito, pero no leída en el Aula.



Cumpliendo nuestra función asignada por Dios, nosotros, los Obispos Católicos Sudaneses, hemos dedicado nuestro ministerio pastoral durante los continuos disturbios de nuestra nación en la búsqueda de una concreta reconciliación y paz en Sudán. Nos hemos comprometido en conversaciones directas con los líderes sudaneses, escribiendo, aproximándonos o solicitando la directa intervención de la Comunidad internacional, los países hermanos, nuestros hermanos en la fe en los países del AMECEA, SECAM y los obispos de Sudáfrica, a los que quedamos muy agradecidos, pidiéndoles persistentemente que mostraran solidaridad y cooperación con las iniciativas de Paz en Sudán.

En la estructura de nuestra Conferencia Episcopal, hemos reforzado las comisiones de Justicia y Paz, que tienen sucursales en las nueve diócesis de Sudán. Esta Comisión es muy activa en la resolución de conflictos, llevando la reconciliación a los diferentes grupos étnicos del Sudán posible. Se han tomado mucho interés en el diálogo interreligioso lo que, por supuesto, tiene muy poco éxito.

En nuestra diócesis, y a través de nuestro ministerio pastoral para con los afectados por la guerra y los sudaneses deprimidos, los Obispos se han comprometido también a tratar la curación y recuperación de los traumas a través de la acción espiritual y sacramental. Más concretamente, en la mayor parte de Sudán, las Iglesias se han comprometido en actividades de desarrollo socioeconómico. Las cosas básicas que la gente necesita, como comida, salud, escuelas, y desarrollo social, a lo largo del extenso periodo de conflictos en Sudán, han sido proporcionadas por la Iglesia.

Hay semillas potenciales de violencia en este momento en Sudán.

Colectivamente, estas disputas e incertidumbres, generan un ambiente inestable en el cual la violencia norte-sur puede desencadenarse. Lo que urgentemente se necesita ahora es tratar de manejar el conflicto y prevenirlo para que no empeore.








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