Intervención de Mons. Zygmunt ZIMOWSKI, Arzobispo emérito de Radom, Presidente del
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Operadores Sanitarios
S. E. R. Mons. Zygmunt ZIMOWSKI, Arzobispo emérito de Radom, Presidente del Pontificio
Consejo para la Pastoral de los Operadores Sanitarios (CIUDAD DEL VATICANO)
1.
A pesar del hecho de que, como ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI en la homilía
de la Misa de apertura del Sínodo: “Dios es el Creador y la fuente de la vida”, la
vida hoy está sometida a una dura prueba como valor, por las políticas de salud reproductora.
Por consiguiente, los obispos y las Iglesias locales están invitados a hacer oír la
voz de la Iglesia sobre las temáticas relativas a la vida desde su inicio hasta su
natural conclusión.
2. En África conviven muchas religiones, desde las tradicionales
africanas hasta las grandes religiones monoteístas, que influyen todas juntas en las
culturas africanas. En los últimos decenios, el esfuerzo coral profuso de las distintas
confesiones religiosas para afrontar juntos algunos grandes temas de la salud como
el HIV/SIDA, la malaria y la tuberculosis, es el testimonio del ecumenismo de las
obras que en el campo de la sanidad es particularmente fecundo.
3. Por su misma
naturaleza de obras de la Iglesia, las instituciones sanitarias se están dedicando
a promover la salud a través del respeto del derecho a su tutela, garantía de justicia
y equidad en el acceso a los tratamientos sanitarios, especialmente para los enfermos
de sida.
4. Aun tomando las debidas distancias de las falsas e ilusorias prácticas
de curación, la Iglesia en África está llamada a redescubrir el rico patrimonio espiritual,
doctrinal y sacramental de la Iglesia sobre la curación espiritual que se basa en
la oración y en los Sacramentos.
5. La medicina tradicional es uno de los patrimonios
importantes de la cultura africana. Tiene un coste inferior a la medicina moderna
y al estar cerca de la población se utiliza con frecuencia.
Pedimos a los obispos
que actúen con discernimiento para distinguir las buenas de las malas prácticas y
que apoyen los estudios científicos sobre la medicina tradicional, dentro de las instituciones
católicas.
6. Muchos de los servicios sanitarios de la Iglesia en África son
reconocidos y utilizados por su importancia, pero sufren las presiones ideológicas
de la globalización y de la secularización con la evidente baja de las ayudas financieras
que los pueden poner en riesgo de quiebra.
7. El Santo Padre Benedicto XVI
resume la especificidad del servicio que la Iglesia ofrece al enfermo en estos términos:
“La salud del hombre, de todo el hombre, fue el signo que Cristo escogió para manifestar
la cercanía de Dios, su amor misericordioso que cura el espíritu, el alma y el cuerpo”.
Esta ha de ser siempre la referencia fundamental de todas las iniciativas de la Iglesia
en el seguimiento de Cristo, que los Evangelios nos presentan como “médico” divino
(Benedicto XVI, Discurso a la VII Asamblea plenaria del Consejo Pontificio para la
Pastoral de la Salud, 2007).