Intervención de Mons. Joseph Shipandeni SHIKONGO, Obispo titular de Capra (NAMIBIA)
S. E. R. Mons. Joseph Shipandeni SHIKONGO, O.M.I., Obispo titular de Capra, Vicario
Apóstolico de Rundu (NAMIBIA)
En Namibia, el primer problema ha sido
resuelto en cierto modo a través de los subsidios del gobierno. Nuestras instituciones
sanitarias y educativas entonces están ampliamente subsidiadas por el gobierno. Por
esta razón, especialmente en las áreas rurales los pobres reciben cuidados médicos
sin pagar demasiado. Para poder asegurar subsidios del gobierno con regularidad y
mantener la autonomía de la Iglesia para manejar instituciones sanitarias, de acuerdo
a los estándares éticos de la misma, establecimos en 1994 un acuerdo con el gobierno
que fue revisado y ampliado en 2008. Sin embargo, la aplicación de este acuerdo no
tuvo tanto éxito como esperábamos. Algunas cláusulas no se han aún implementado. También
tenemos un programa contra el VIH/SIDA de gran alcance.
Pero el programa de
gobierno es más sólido, cuenta con más recursos financieros, consejeros expertos extranjeros
y con el uso de los medios de comunicación nacional: televisión, radio y periódicos,
que tienen mayor influencia que nosotros. Es así como los puntos de vista seculares
y relativistas sobre el sexo se difunden. Para ellos, la preocupación más importante
es la de prevenir infecciones y el método práctico por excelencia es el preservativo.
Esto promueve una irreal creencia en su efectividad. La ineficacia de este método
es ignorada deliberadamente o explicada con ambigüedad. De este modo, se alienta,
de hecho, la promiscuidad, y así se expanden las infecciones. El otro tema que quisiera
mencionar es algo que leí en el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
sobre la venta de medicamentos. Se dice que la eficacia de muchos productos farmacológicos
que se venden en África, no se ha demostrado y que se venden allí para ser experimentados.
La dosis de algunos de ellos son peligrosas o no son las que están indicadas en el
prospecto o son simplemente falsas.
Hay otros medicamentos que no se han aprobado
en los países en los que fueron producidos pero se venden en África (ej. Depo Provesa).
Se dice que África es el continente más expuesto a este tipo de situaciones debido,
principalmente a la limitada capacidad de investigar, examinar y controlar lo que
sucede. Con respecto a eso, la Iglesia debería solicitar al gobierno para que los
curanderos tradicionales rindan cuentas de sus actividades y revelen los procedimientos
y medicamentos utilizados en sus tratamientos.
En lo que concierne nuestras
escuelas, también recibimos subsidios del gobierno aún si todavía no hemos llegado
a un acuerdo, a pesar de las negociaciones que se están llevando a cabo. Nuestras
escuelas contribuyen en gran medida a la educación y esto algo que también el gobierno
ha reconocido. En los últimos 3 años, dos de nuestras escuelas han obtenido los mejores
resultados en los exámenes nacionales finales. Nuestro objetivo es tener escuelas
de excelencia académica, en las que los niños dotados puedan sobresalir gracias a
una educación de calidad. Quisiera añadir una observación personal: tuve compañeros
de escuela que eran extremadamente brillantes pero que abandonaron sus estudios debido
a la pobreza o a la falta de motivación, entre otras razones. África no puede permitirse
la pérdida de científicos y artistas potencialmente excelentes.
Para que la
Iglesia pueda seguir su compromiso en el ámbito de la salud y de la educación necesitará
siempre recursos financieros, por ende es importante encontrar maneras eficaces de
encontrar y asegurar dichos recursos.