Intervención de Mons. Norbert Wendelin MTEGA, Arzobispo de Songea (TANZANIA)
S. E. R. Mons. Norbert Wendelin MTEGA, Arzobispo de Songea (TANZANIA)
Mucha
de nuestra gente es torturada, hostigada, asesinada simplemente debido a sospechas
maliciosas infundadas, fomentadas por la brujería y por brujos. No hay leyes que defiendan
a las personas, los gobiernos condonan. Algunos líderes conspiran con los brujos y
algunos gobiernos los legalizan. Muchos líderes creen en la brujería, en la superstición
y en el ocultismo. Por ello se requiere: una evangelización más profunda, apoyo y
una voz profética que se dirija a nuestros gobiernos. La sobrevivencia de nuestros
agricultores es precaria. Sus dificultades, con frecuencia, ni siquiera son contempladas
en los presupuestos de nuestros gobiernos y se los engaña continuamente. La Iglesia
en África debe luchar en favor de los agricultores y pastores: ellos deben obtener
su participación en el presupuesto. Se les deben garantizar las infraestructuras básicas
y las necesidades fundamentales para su trabajo y sus productos. Se deben tomar medidas
para lograr mercados estables y válidos. Se deben proteger los mercados internos.
Se debe introducir a los agricultores al ahorro y a los préstamos a través de cooperativas
de micro financiación. Para nuestros políticos, paz significa “una atmósfera tranquila
que les permita robar y aprovecharse del dinero de sus países”. Para ellos “elecciones
libres y justas” significa “suceso en hacer que la gente vaya a las urnas en el total
desconocimiento de sus derechos”y de las maliciosas maniobras de los candidatos”.
Los políticos creen que ser elegidos significa tener la autorización para robarle
al país. Amamos a los musulmanes. Vivir con ellos forma parte de nuestra historia
y cultura. Pero el peligro que amenaza la libertad de África, su soberanidad, democracia
y derechos humanos es en primer lugar, el factor político islámico, es decir, el plan
previsto y el claro proceso de “identificar el Islam con la política y viceversa”
en cada uno de nuestros países africanos. El segundo lugar, lo ocupa el factor monetario
islámico mediante el cual enormes cantidades de dinero provenientes de países en el
extranjero se vierten en los nuestros, para desestabilizar la paz y erradicar la cristiandad. La
etnicidad es un cáncer que atormenta África. Debemos inculcar inmediatamente la reconciliación
como nuestra espiritualidad y vida y también como acción inmediata.