Intervención de Mons. Laurent MONSENGWO PASINYA, Arzobispo de Kinshasa (REPÚBLICA
DEMOCRÁTICA DEL CONGO)
S. E. R. Mons. Laurent MONSENGWO PASINYA, Arzobispo de Kinshasa (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA
DEL CONGO)
La paz va de la mano con la justicia, la justicia con el derecho
y el derecho con la verdad. Sin justicia, la paz social es frágil. Por lo tanto,
es necesario, promover el estado de derecho cueste lo que cueste, en el cual la ley
tenga el primado, sobretodo el derecho constitucional; estados de derecho en los cuales
la arbitrariedad y la subjetividad no generen la ley de la selva; estados de derecho
en los cuales la soberanía nacional es reconocida y respetada; estados de derechos
en los cuales a cada uno se le da lo que le corresponde en forma equitativa. Sin
la verdad es difícil asegurar la justicia y proclamar el derecho. La consecuencia
sería que el derecho y la falta de derecho tendrían el mismo derecho de ciudadanía,
y esto haría imposible un orden armonioso de las cosas, osea la “tranquillitas ordinis”.
“En la verdad, la paz” (Benedicto XVI). Es por esta razón que la búsqueda de soluciones
pacíficas, por todos los medios, especialmente los diplomáticos y políticos, deberá
ser orientada a restablecer la verdad, la justicia y el derecho. Cristo es nuestra
paz. Él ha realizado la paz, ha proclamado la paz, porque hizo un solo pueblo de hebreos
y paganos. Y esto lo realizó no dejando que unos u otros tuvieran privilegios y derechos,
lo realizó aboliendo la exclusión, derrumbando el muro de separación cultural y social,
destruyendo el odio que crucificó su cuerpo en la cruz. Hebreos y gentiles no son
más extranjeros entre ellos, ni personas distantes sino cercanas, conciudadanos con
los santos, los unos y los otros participan de la misma herencia (Ef 3, 6), desde
entonces son un solo Israel. Él, Jesús, realizó así un hombre nuevo, para reconciliarlos
con Dios y para dar, por medio del Espíritu, el acceso al Padre. Es eliminando
todas las barreras, la exclusión, las leyes discriminatorias en el culto y en la sociedad
y, sobre todo, suprimiendo el odio, que se reconcilian los hombres y se realiza la
paz.