Intervención del Card. Théodore-Adrien SARR, Arzobispo de Dakar (SENEGAL)
S. Em. R. Card. Théodore-Adrien SARR, Arzobispo de Dakar, Primer Vice-Presidente
del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (S.C.E.A.M.) (SENEGAL)
Uno
de los tristes fenómenos que alimentan la imagen negativa de África en los medios
de comunicación social, es la emigración clandestina de miles de Africanos hacia Europa
occidental, y, de forma muy particular, la pérdida de vidas humanas que periódicamente
se produce en las arenas del Sahara, las aguas del Océano Atlántico y del Mediterráneo,
y que los medios de comunicación no dejan jamás de publicar. Quiero subrayar el carácter
revelador que comporta el fenómeno de la emigración clandestina. La aventura tan arriesgada
de los emigrantes clandestinos es un verdadero grito de desesperación que denuncia
ante el mundo la gravedad de sus frustraciones y el ardor de su deseo de vivir mejor
¿Percibimos este grito de desasosiego y dejamos que penetre en nuestro corazón lo
suficiente como para tratar de comprender su sentido y su amplitud? Dejémonos interpelar
por sus dramas hasta el punto de buscar las causas del fenómeno. Me contento con enumerar
algunas, contenidas en los números 12, 25-28 del Instrumentum laboris: Son factores
que impiden que se produzca un desarrollo económico, que se reduzca progresivamente
la pobreza en los países al sur del Sahara. Señalamos el saqueo, tantas veces descrito,
de los recursos naturales de África. Otra herida, varias veces denunciada, es la corrupción
de los dirigentes africanos que conceden, mediante comisiones secretas, ventajas y
beneficios desmesurados a las multinacionales, en detrimento de sus países. ¿Cómo
no citar todos esos conflictos armados internos, fomentados o alimentados por los
vendedores de armas para su comercio y que arrojan a tantos hombres y mujeres, niños
y jóvenes, a los caminos del exilio? He aquí, a mi juicio, algunas tristes realidades
que han de entrar en nuestra conciencia cada vez que los medios de comunicación nos
informan de un drama de la emigración clandestina. Nutramos el conocimiento de las
causas de esta emigración a fin de comprometernos mejor en la lucha para poner fin
a estos dramas. En realidad, lo sabemos muy bien, no son las barreras policiales,
por muy infranqueables que sean, las que detengan la emigración clandestina, sino
la reducción efectiva de la pobreza mediante la promoción del desarrollo económico
y social que comprenda a las capas populares de nuestros países. Por esto, en el seno
de la CERAO, alimentamos la ambición de suscitar en nosotros mismos, y en los Africanos
subsaharianos, un sobresalto o un renacimiento del Hombre negro, que se arraigue en
el encuentro con Cristo y en la comunión con Él “Levántate, toma tu camilla, y anda”
(Jn 5,8), dijo Jesús al paralítico de la piscina de Betsaida. Todos podemos encontrarlo,
de manera que le oigamos decir también a nosotros:”Levántate, toma tu camilla, y anda”,
“Levántate, toma tu destino en tus manos, y anda”. Esta Segunda Asamblea Especial
es un tiempo de gracia, que el Señor nos ofrece, para que nos esforcemos en buscarlo
y podamos encontrarlo; para dejarnos curar por Él; para dejarnos reconciliar por Él
con Dios, con nosotros mismos y con los demás; para tomar de Él el amor y la fuerza
necesarios para dedicarnos a la promoción de la justicia y del desarrollo de las poblaciones,
para construir la paz en nuestros países. Aprovechemos este tiempo de gracia para
lanzar unos llamamientos en favor de la reconciliación, de la promoción de la justicia
y del desarrollo para construir la paz: - Llamamientos a los gobernantes de nuestros
países, para que se pongan de pie, tomen en sus manos el destino de sus pueblos, olvidando
sus intereses personales y resistiendo a las presiones exteriores. - Llamamientos
a todas las fuerzas exteriores que han influido e influyen negativamente en el destino
del África negra: que quienes toman las decisiones reconozcan de verdad los males
que se han causado a África, y se comprometan a trabajar por su verdadero desarrollo,
para reparar y hacerle justicia. He aquí un camino para contribuir a la lucha contra
la emigración clandestina y la fuga de cerebros.