Intervención de Dom Jorge Enrique JIMÉNEZ CARVAJAL, Arcebispo de Cartagena na Colômbia
(COLÔMBIA)
S. E. R. Dom Jorge Enrique JIMÉNEZ CARVAJAL, C.I.M., Arcebispo de Cartagena na Colômbia
(COLÔMBIA)
Milemomo miles y miles de seres humanos de raza negra llegaron
a toda América donde se les subastaba y se les hacia laborar hasta la muerte.
Cartagena
tuvo la poca fortuna de haber sido puerto principal de este infame comercio pero tuvo
la fortuna de albergar el mayor testimonio de santidad de aquel jesuita San Pedro
Claver , apóstol de los esclavos cuyo cuerpo reposa en nuestra Catedral, que vivió
para protegerlos, conducirlos a la fe y enseñarles el amor a Dios y el amor de Dios
que sin duda alguna los hizo sobrevivir para poder hoy día tener la capacidad de decir
desde la fe cristiana su propia palabra.
Pedro Claver esperaba los “ barcos
negreros " con una óptica diferente a la de quienes negociaban con ellos. Para esos
comerciantes llegaban "esclavos para el trabajo, para el apóstol llegaban “hijos de
Dios”, que exigían entender toda la verdad del Evangelio. El Negro crece en la Fe
y la vive pero se pregunta por el látigo que usa un compañero suyo en la misma fe
y no encuentra respuesta.
Todo este capítulo de la “Historia Universal de la
Infamia”, como la llama Sábato, ocurrió 15 siglos después de la llegada del Señor
Jesús y hace parte de las sombras que debemos superar a plenitud para llegar a alcanzar
linderos de dignificación mayor de un mundo "falsamente globalizado”.
África
es la “Patria Grande” todas nuestras negritudes desde Canadá a la Tierra del Fuego
incluyendo toda la maravilla de la presencia de esta raza en las Antillas y en el
Caribe.
Cuántas cosas que hacen grande al Continente Americano sólo han sido
posibles con el aporte de las negritudes herederas de tantas riquezas que siguen ocultas
de esta raza, de tanta riqueza de símbolos que enriquecerían con el paso de los tiempos
el mensaje cristiano, de tanta alegría en el creer en la fe, así la vida sea dura
con ellos. La historia del Africa en América no es asunto del ayer, es un hoy viviente.
Por
eso creo que este Sínodo debe abarcar igualmente una palabra para las “Negritudes”
americanas (espero que hayan notado que uso la palabra "americano" para designar toda
la América, la del norte, la del centro, la antillana, la caribeña, la del sur ).
Gran parte del corazón de ellas vive aun y seguirá viviendo en el África y lo que
les suceda aquí lo apreciarán y vivirán como propio.