Intervención de Mons. Vincent COULIBALY, Arzobispo de Conakry (GUINEA)
S. E. R. Mons. Vincent COULIBALY, Arzobispo de Conakry, Presidente de la Conferencia
Episcopal (GUINEA)
El interés de la Iglesia-Familia de Dios que se encuentra
en Guinea por la reconciliación, la justicia y la paz, se ha manifestado a menudo
en las intervenciones de sus pastores. Recordemos el coraje y la determinación de
nuestros predecesores que han denunciado las trampas maliciosas de los poderes creados
para tomar como rehén lo mas noble que existe en el hombre: la libertad. Podemos
contar las numerosas figuras carismáticas que han sembrado en el corazón de nuestro
pueblo las semillas de la reconciliación, de la justicia , y de la paz. Pensamos en
primer lugar en los misioneros que fueron expulsados en el año 1967, fundamentalmente
a causa de su visión profética sobre cuál iba a ser la suerte de nuestro pueblo. Las
intervenciones de nuestros dos inmediatos predecesores, Mons. Raymond-Marie Tchidimbo
y de Mons. Robert Sarah, sobre el tema de la reconciliación, de la justicia y de la
paz, continúan siendo pertinentes para los habitantes de Guinea. Siguiendo esta
huella, el episcopado hoy continua llamando la atención de los dirigentes sobre el
tema de la reconciliación, de la justicia y de la paz. Continúa desarrollando su papel
de centinela a las puertas de la ciudad. En numerosas declaraciones ha invitado al
pueblo de Guinea al dialogo. La última declaración fue publicada el 25 de septiembre
de 2009. Lamentablemente su apelo del 25 septiembre no fue escuchado porque cuando
habla el demonio-dinero, sus numerosos adeptos gozan y nada los detiene. Ni siquiera
la muerte es un obstáculo para ellos. Así fue que el 28 de septiembre de 2009, el
pueblo se puso nuevamente de luto por la muerte trágica de decenas o de centenares
de personas luego de una manifestación reprimida cruentamente por los militares. Esta
acción del Episcopado no puede existir sin el aporte de un laicado organizado y comprometido
sobre el terreno, a través, por ejemplo, de la Organización Católica para la Promoción
Humana (OCPH) y la Comisión Justicia y Paz. Sin embargo, estamos todavía lejos de
tener este laicado santo que el Primer Sínodo deseaba. El llamado del Papa, en su
primera encíclica “Deus Caritas est”, a hacer diferencia entre el orden justo y el
hombre justo, nos ha motivado aún mas en la formación del laicado. Por otra parte,
consideramos urgente promover el dialogo interreligioso tripartito entre cristianismo,
religiones tradicionales africanas e Islam para construir la paz y para poner mayor
luz en el espíritu de fraternidad y de solidaridad del genio cultural africano. Para
terminar, dirigimos nuestro sentido agradecimiento al Santo Padre por el sostén que
brindó a nuestro país en el Angelus del domingo pasado.