Intervención de Mons. Valentin MASENGO NKINDA, Obispo de Kabinda (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA
DEL CONGO)
S. E. R. Mons. Valentin MASENGO NKINDA, Obispo de Kabinda (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL
CONGO)
La Iglesia Católica en África inspira admiración y respeto incluso a
quienes no comparten sus enseñanzas, gracias a la naturaleza y a la estabilidad de
sus estructuras, que reflejan su naturaleza de comunión. El espíritu de comunión le
ha sido insuflado desde el principio por la acción misionera y perdura a pesar de
algunas tendencias y fuerzas deconstructivas que hay que erradicar. Si ciertos
indicios de división procedentes del desorden de la ciudad se encuentran igualmente
dentro del templo, ello es debido, entre otras cosas, a una mala comprensión y a la
instrumentalización de las estructuras de la Iglesia en África por parte de algunos
sujetos. Para erradicarlos, sugerimos que esta Asamblea Sinodal: -Recuerde el
respeto al espíritu y de las normas constitutivas de las estructuras de la Iglesia
a todos los niveles; -Recomiende evitar en la construcción de los grupos eclesiásticos,
desde los más elementales a los más complejos (las CEV, parroquias, diócesis, regiones
eclesiásticas, etc...), haciéndolas coincidir con los límites territoriales o lingüísticos
tribales o étnicos, para que aparezca como evidente la esencia misma de la Iglesia
como familia de Dios abierta a todos. -Insista, para minimizar las tendencias tribalizantes
o de las etnias, atendiendo a la formación de los fieles católicos, agentes pastorales,
sacerdotes y religiosos, para que se impregnen del espíritu subyacente a las estructuras
de diálogo y de participación de la Iglesia; -Ponga un acento particular en la
formación sociopolítica de los dirigentes laicos en la línea de la enseñanza social
de la Iglesia, para afirmarlos en la fe católica para permitirles actuar en política
y en la ciudad como artífices de comunión y unidad. -Asigne una importancia de
talla a la elección de formadores en las casas de formación sacerdotal, religioso,
los Institutos superiores de ciencias religiosas, las Universidades católicas y eclesiásticas,
para lograr inspirar dicho espíritu de comunión más allá de toda distinción étnica
o tribal. -Repita que en las provisiones canónicas a todas las escalas, se nombre
a las personas sin dejarse condicionar por su pertenencia étnica o tribal.-En las
Escuelas católicas y en los movimientos de Acción católica, contratar maestros y formadores
imbuídos del espíritu eclesial en la intención de asegurar a los jóvenes una visión
tlinesana y de comunión de la Iglesia como familia de los hijos de Dios.