2009-10-08 15:30:14

Intervención de Mons. Robert SARAH, Arzobispo Emérito de Conakry (GUINEA)


S. E. R. Mons. Robert SARAH, Arzobispo Emérito de Conakry, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CIUDAD DEL VATICANO)



La teoría del género es una ideología pseudo-sociológica (“sociologizadora”) occidental de las relaciones entre hombres y mujeres, que se contrapone a la identidad esponsal de la persona humana, a la complementariedad antropológica entre el hombre y la mujer, al matrimonio, a la maternidad y la paternidad, a la familia y la procreación. Es contraria a la cultura africana y a las verdades humanas iluminadas por la Revelación divina en Jesucristo.

La ideología del género separa el sexo biológico de la identidad masculina o femenina, afirmando que no es intrínseco a la persona sino que se trata de una construcción social. Esta identidad puede - y debe - ser “desconstruida” para permitir que la mujer acceda a una igualdad de poder social respecto al hombre y que el individuo "elija" su orientación sexual. Las relaciones hombre-mujer estarían gobernadas por una lucha de poder.

En nombre de esta ideología desencarnada y falta de realismo, que niega el designio de Dios, se afirma que originalmente somos seres indeterminados: es la sociedad la que forma el género masculino y femenino a gusto de la elección del individuo, que puede cambiar. El derecho de elegir es el valor supremo de esta nueva ética, la homosexualidad se convierte en una opción culturalmente aceptable, y se debe favorecer el acceso a esta opción.

La nueva ideología es dinámica, se impone tanto en las culturas como en las políticas. Presiona al legislador para que promulgue leyes favorables al acceso universal a las informaciones y a los servicios relativos a la contracepción y al aborto (concepto de “salud reproductora”), así como a la homosexualidad.

En la cultura africana, el hombre no es nada sin la mujer y la mujer no es nada sin el hombre. El uno y el otro no son nada si el hijo no está en el corazón de la familia, formada por un hombre y una mujer, y célula básica de la sociedad. La ideología del género desestabiliza el sentido de la vida conyugal y familiar que África ha sabido preservar hasta nuestros días.

La sociedad necesita de la verdad en las relaciones. No hay paz, ni justicia, ni estabilidad en la sociedad sin la familia, sin cooperación entre el hombre y la mujer, sin padre y sin madre. En nombre de la no discriminación, esta ideología genera graves injusticias y pone en peligro la paz.

África debe protegerse de la contaminación del cinismo intelectual de Occidente. Forma parte de nuestra responsabilidad pastoral iluminar la conciencia de los africanos sobre los peligros de esta ideología de muerte.








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