Intervención de Mons. Louis Ncamiso NDLOVU, O.S.M., Obispo de Manzini (SUAZILANDIA)
S. E. R. Mons. Louis Ncamiso NDLOVU, O.S.M., Obispo de Manzini (SUAZILANDIA)
La
Iglesia católica en Swazilandia es aún joven, ya que ha llegado en 1914. Cuenta con
unos 55.000 fieles en una población de un millón de habitantes, lo que significa que
solamente un 5% de la población es católica. Aunque representa una minoría, igualmente
es la Iglesia cristiana mas grande del país. Desde su llegada, la Iglesia, ha participado
en las actividades sociales en muchas partes del país. Por este motivo ha sido elogiada
por las autoridades tradicionales y políticas. Mis predecesores, de origen predominantemente
europeo, tenían buenas relaciones con las autoridades tradicionales. En los últimos
años, la relación entre la Iglesia y los líderes tradicionales y políticos se ha vuelto
ambivalente. La Iglesia continúa recibiendo elogios por parte del gobierno por las
intervenciones en el campo educativo, de la salud y de los programas de desarrollo.
Como Iglesia continuamos poniendo en discusión el sistema de gobierno, ya que consideramos
que contribuye al grave nivel de pobreza que tiene el país. El gobierno critica a
la Iglesia porque se expresa en cuestiones políticas afirmando que su deber se tendría
que limitar a la liturgia y al culto y que no debería estar presente en la vida social
y política de la gente. Esto ha provocado que recibiéramos el sostén de algunos miembros
de la sociedad civil, como sindicatos y partidos políticos y de movimientos proscriptos.
Por lo tanto nos encontramos entre dos fuerzas contrapuestas. Esto ofrece a la Iglesia
una oportunidad única, ya que puede servir tanto al gobierno como también a los miembros
de la sociedad civil. El tema de este sínodo nos desafía a conducir una vida auténticamente
cristiana. Esto exige que la Iglesia sirva de ejemplo para los no creyentes y también
para los otros cristianos. Tenemos el deber de contribuir al bienestar de la sociedad
y a ser una luz de esperanza frente a los muchos desafíos y dificultades. El pueblo
de Swazilandia forma un grupo homogéneo con una misma cultura y un mismo idioma. Puede
ser comparado como una gran familia. Seamos entonces nuevamente llamados a vivir como
una familia. Toda familia antes o después debe afrontar algún problema y algún desacuerdo.
Debemos afrontar estos problemas de una manera sincera y honesta y sobretodo con espíritu
de caridad.