Intervención de Mons. Adriano LANGA, Obispo de Inhambane (MOZAMBIQUE)
S. E. R. Mons. Adriano LANGA, O.F.M., Obispo de Inhambane (MOZAMBIQUE)
Es
sabido que desde la Reforma, la Iglesia Católica se ha enfrentado a desafíos de varios
niveles, con respecto a otras Iglesias y credos. Estos desafíos se han intensificado
y multiplicado últimamente con el nacimiento y crecimiento de los Movimientos Evangélicos.
En nuestros días, y en esta situación, se asiste al éxodo de los católicos hacia estas
Iglesias y Movimientos. Y este hecho lo atestigua el crecimiento vertiginoso de esos
grupos religiosos y el nacimiento de cierto catolicismo con un “estilo y lenguaje
extraños”, fenómeno que no se ha de ver en la línea del ecumenismo, sino como una
desviación proveniente de la rendición de quien se siente en desventaja.
¿Cómo
nace este fenómeno? Se pueden citar varias razones. Pero yo quiero subrayar aquí un
hecho muy importante, que es una de sus causas, y que consiste en la falta o insuficiente
inculturación, en sus diversos aspectos.
De hecho, discriminando, despreciando
e incluso combatiendo las culturas africanas; minusvalorando las lenguas nativas;
centrando la evangelización más en los niños que en los adultos, como se ha hecho
recientemente; prohibiendo la lectura de la Biblia, también en un pasado no muy lejano;
no traduciendo la Biblia a las lenguas locales, la Iglesia Católica no ha conseguido
dar al católico africano un lenguaje y un estilo propios.
Por esto, el católico
africano, respecto a otros creyentes, siente un complejo de inferioridad y de alienación.
Así, el católico africano, queriendo alejarse del estilo europeo y latinoamericano
y deseando sentirse realmente cristiano católico africano, se acerca a los hermanos
africanos de distinta pertenencia o credo y adopta su lenguaje y estilo.