Intervención de Mons. Philippe OUÉDRAOGO, Arzobispo de Ouagadougou (NÍGER)
S. E. R. Mons. Philippe OUÉDRAOGO, Arzobispo de Ouagadougou (NÍGER)
El
pensamiento liberal y neoliberal, fuerte por su poder económico y por sus numerosos
medios, pretende hacernos creer que las comunidades humanas y religiosas no tienen
nada que decir sobre los comportamientos de los individuos, en nombre de un “libertinaje”
y de un relativismo moral”. Nuestras comunidades humanas y religiosas africanas,
en su conjunto, rechazan las prácticas legalmente codificadas en numerosos países
de Occidente, cristianos en el pasado, como el aborto, la práctica homosexual, el
matrimonio entre personas del mismo sexo, la eutanasia,... Y aprecian, por el contrario,
los valores de la familia y de la vida. Los medios de comunicación social hacen
de todo el mundo una sola aldea. Cada vez más, algunas radios y televisiones, algunas
páginas de internet, todos controlados por el poder y por los intereses económicos,
difunden deliberadamente programas que tratan claramente de imponer el pensamiento
único de Occidente. El alboroto mediático que se levantó durante el viaje del Santo
Padre a Camerún y a Angola, el pasado mes de mayo, constituye un ejemplo patético
de ello. Programas dirigidos a los oyentes francófonos, tanto africanos como europeos,
intentaban hacer creer que sacerdotes, religiosos y religiosas africanos, o en misión
en Roma o en otras partes de Europa, vivían de la mendicidad y de la prostitución,
abandonados por el Vaticano y por sus congregaciones religiosas. ¿Era necesario todo
esto para mostrar su desacuerdo con el Santo Padre? Evidentemente, una coalición trataba
de alcanzar un objetivo claro, pero inconfesable, tratando de distraer a los africanos
para así impedirles escuchar las palabras del Santo Padre sobre las cuestiones de
la injusticia, la violencia y sus causas. Los africanos no usarían nunca la violencia
para combatir este imperialismo y tiranía del pensamiento único. Sin embargo, nosotros
les pedimos un poco de moderación y de cautela, de respeto y de tolerancia y, sobre
todo, de honestidad intelectual a la hora de expresar sus ideas, que no ayudan a la
dignidad humana y podrían crear sufrimientos intolerables y comportamientos hostiles,
e incluso odio entre los pueblos.