Llamamiento del Papa a los checos a redescubrir las raíces cristianas, a pesar de
40 años de represión política y el intento despiadado de acallar a la Iglesia
Sábado, 26 sep (RV).- El Santo Padre comenzó esta mañana su décimo tercer viaje apostólico
internacional, en este caso a la República Checa donde permanecerá hasta el próximo
lunes 28 de septiembre. Bajo el lema de “El amor de Cristo es nuestra fuerza”, esta
nación del corazón de Europa recibe por cuarta vez la visita del Sucesor de Pedro,
tras las tres realizadas por el Siervo de Dios Juan Pablo II.
Como es habitual,
durante el vuelo el Santo Padre envió sendos telegramas a los mandatarios de los países
que sobrevoló hasta llegar la República Checa. Es decir, además de Italia, Austria
y Alemania, invocando “de todo corazón paz y serenidad para estos pueblos”, junto
con su bendición apostólica.
Durante la ceremonia de bienvenida, esta mañana
a las 11,30 en el aeropuerto internacional de Stará Ruzyne de Praga, tras los honores
militares y el discurso del presidente, el Papa –hablando en inglés– dirigió sus primeras
palabras a las autoridades, a la jerarquía católica y a los ciudadanos de esta nación
manifestando su gran alegría por este encuentro y su agradecimiento por la cordialidad
de la bienvenida.
El Obispo de Roma que extendió su saludo a todo el pueblo
checo, explicó que se encuentra en este lugar para visitar a las comunidades católicas
de Bohemia y Moravia y refiriéndose al gesto de la joven pareja que le entregó los
dones típicos de la cultura de esta nación, junto con el ofrecimiento de un poco de
su tierra, dijo: “Esto me recuerda cuán profundamente la cultura checa está permeada
por el cristianismo, desde el momento en que estos elementos del pan y de la sal tienen
un significado particular ente las imágenes del Nuevo Testamento”.
“Si la entera
cultura europea está profundamente plasmada por la herencia cristiana, esto es verdad
de modo particular en las tierras checas, porque gracias a la acción misionera de
los Santos Cirilo y Metodio en el siglo IX, la antigua lengua eslava fue por primera
vez puesta por escrito. Con razón ellos, apóstoles de los pueblos eslavos y fundadores
de su cultura, son venerados como Patronos de Europa. Además, es digno de mención
el hecho de que estos dos grandes santos de la tradición bizantina hayan encontrado
aquí a misioneros procedentes del Occidente latino”.
Además, el Papa destacó
que en su historia este territorio, puesto en el corazón del continente europeo, en
la encrucijada entre el norte y el sur, el este y el oeste, ha sido un punto de encuentro
de pueblos, tradiciones y culturas diversas. Por lo que no se puede negar que esto
haya causado a veces algunas fricciones. Sin embargo -dijo Benedicto XVI- en el tiempo,
se ha revelado como un encuentro fructuoso; de donde surge “el significativo papel
que las tierras checas han jugado en la historia intelectual, cultural y religiosa
de Europa, a veces como un campo de batalla y más frecuentemente como un punte”.
También
afirmó que en los próximos meses se recordará el vigésimo aniversario de la “Revolución
de terciopelo”, que felizmente puso fin, de modo pacífico, a una época particularmente
dura para este país, una época en que “la circulación de ideas y de movimientos culturales
era rígidamente controlada”. “Sin embargo, no se debe subestimar el costo de cuarenta
años de represión política. Una particular tragedia para esta tierra fue el intento
despiadado, por parte del Gobierno de aquel tiempo, de acallar la voz de la Iglesia.
En el curso de vuestra historia, desde la época de San Venceslao, de Santa Ludmilla
y de San Adalberto hasta San Juan Nepomuceno, hubo mártires valerosos, cuya fidelidad
a Cristo se ha hecho sentir con voz clara y más elocuente de la de sus asesinos”.
Teniendo
en cuenta que ahora ha sido recuperada la libertad religiosa, Benedicto XVI hizo un
llamamiento a todos los ciudadanos de la República checa para que vuelvan a descubrir
las tradiciones cristianas que han plasmado su cultura y exhortó a la comunidad cristiana
a seguir haciendo sentir su propia voz mientras la nación debe afrontar los desafíos
del nuevo milenio. Y lo hizo glosando el primer párrafo de la conclusión de su reciente
encíclica social, Caritas in veritate”: “’Sin Dios el hombre no sabe donde ir ni tampoco
logra entender quién es’ (Caritas in veritate, 78). La verdad del Evangelio es indispensable
para una sociedad próspera, puesto que abre a la esperanza y nos hace capaces de descubrir
nuestra inalienable dignidad de hijos de Dios”.
El Papa dijo al presidente
checo que conoce su deseo de que a la religión se le reconozca “un papel mayor en
las cuestiones del país”. Y recordó que la bandera presidencial izada en el Castillo
de Praga tiene como lema “La Verdad vence”. Por esta razón, Benedicto XVI manifestó
su firme deseo de que “la luz de la verdad siga guiando a esta nación tan bendecida
en el curso de su historia por el testimonio de grandes santos y mártires”.
Por
otra parte, al destacar que en esta “era de la ciencia” es significativo recodar
el ejemplo de Johann Gregor Mendel, el abad agustino de Moravia, pionero en las investigaciones
que pusieron los cimientos de la moderna genética; el Obispo de Roma dijo al concluir
su primer discurso en tierra checa: “De semejante convergencia entre sabiduría de
la fe e intuición de la razón el progreso auténtico de la humanidad ha servido para
lo mejor. Ojalá que el pueblo checo goce siempre de los beneficios que provienen de
esta feliz síntesis”.