La República Checa ultima los preparativos para recibir al Papa
Viernes, 25 sep (RV).- Benedicto XVI inicia mañana en República Checa, el que será
su décimo tercer viaje pastoral fuera de Italia. Sobre el significado de este viaje,
y cómo se está preparando el pueblo checo les ofrecemos el testimonio de nuestro enviado
especial a este país, Raúl Cabrera.
Faltan pocas
horas para la llegada de Benedicto XVI a la República Checa. El Santo Padre traerá
un mensaje europeo, de unidad y fervor entre los sacerdotes y el pueblo cristiano.
“El amor de Cristo es nuestra fuerza”, es el lema escogido para la cuarta visita de
un Pontífice a este bello país de milenaria historia que ha visto tantas guerras,
conflictos y opresión. El décimo tercer viaje internacional de Benedicto XVI será
breve pero muy intenso. Destacamos la visita al "Niño Jesús de Praga", el encuentro
con las autoridades políticas y civiles y con el cuerpo diplomático; la celebración
de las vísperas con sacerdotes, religiosos, y representantes de diferentes Movimientos,
la Santa Misa en Brno y en Stará Boleslav (donde el Papa se dirigirá a los jóvenes),
el encuentro ecuménico, y con los representantes del mundo de la cultura.
En
estos días los medios de comunicación locales (prensa radio y televisión) informan
de la visita desde diversas perspectivas. Algunos se refieren a lo “práctico”: consejos
para evitar congestionamiento de tráfico, a donde ir para ver mejor el paso el Papa,
o como moverse en una ciudad que poco a poco está prácticamente asediada por fieles
y peregrinos. Otros medios analizan el viaje con más profundidad pero sin entrar en
el tema principal que es afianzar las raíces cristianas de un pueblo que no reconoce
sus raíces y es que este viaje a una de las naciones mas secularizadas de Europa
tiene un claro objetivo.
El Papa viene a renovar el significado del cristianismo
para este continente y a reforzar la iglesia local, asimismo honrar la figura de San
Venceslao, el santo patrón de los bohemios.
“En misión celestial”: este titular
del semanario “ Noticias de Praga” sintetiza algunas cuestiones del viaje relacionadas
con la Iglesia católica, así como sobre el futuro de Europa, teniendo en cuenta la
importancia del patrimonio cultural, espiritual y cristiano de la República Checa.
Que el máximo representante de la Iglesia católica visite el país en una fecha tan
memorable (en referencia a la fiesta de san Venceslao) expresa un mensaje claro para
todos.
En los días de la visita -del 26 al 28- se espera la presencia de
unas 150.000 personas a las celebraciones presididas por Benedicto XVI. La asistencia
de fieles puede rebasar las primeras expectativas. La misa que presidirá el Sumo Pontífice
el próximo domingo 26 en Brno, que será oficiada en italiano y latín y traducida al
checo, congregará a unos 100.000 creyentes. Al día siguiente, en Stará Boleslav, las
cifras previstas son de unas 50.000 personas. Miles de eslovacos, polacos, alemanes
y austriacos continúan llegando al país, que en estos días de inicio de otoño goza
de un clima decididamente veraniego.
La situación de la iglesia checa es difícil:
un pueblo que ha vivido largos años bajo el comunismo, orientado en los últimos tiempos
hacia el liberalismo, que ha dejado atrás la esperanza que el cambio político trajo
el año 1989. Aún está pendiente la firma del Concordato entre la República Checa y
la Santa Sede, que se sigue posponiendo desde hace 20 años, tras la derrota del régimen
comunista. Para que el acuerdo salga adelante es necesario que en el Parlamento se
dé la mayoría necesaria: un retraso que sin embargo no altera las relaciones mutuas.
La primera visita de Benedicto XVI a la República Checa, calificada ya de histórica,
traerá un mensaje de unidad.