En un videomensaje a la ONU el Papa pide mayor compromiso de la comunidad internacional
ante la degradación ambiental y las calamidades naturales
Jueves, 24 sep (RV).- La Santa Sede ha enviado un video mensaje de Benedicto XVI a
la cumbre de la ONU 2009 sobre los cambios climáticos, en el que el Papa hace un apremiante
llamamiento a la comunidad internacional para que impulse una acción conjunta ante
la emergencia ambiental. Un mensaje que reproduce en parte, con palabras e imágenes,
cuanto dijo el Santo Padre en el curso de la Audiencia General de hace un mes, el
pasado 26 de agosto.
El Papa, hablando al final de las vacaciones veraniegas,
daba gracias a Dios por el don precioso de la creación. Y al abordar el tema, reflexionaba
sobre la relación entre el Creador y nosotros como guardianes de su creación. Al hacerlo,
ofrecía también su apoyo a los líderes de los gobiernos y de los organismos internacionales
ante la inminencia de esta reunión de la ONU, que debate la urgente cuestión del cambio
climático.
El Pontífice anima a los organismos internacionales a abordar sus
debates “de forma constructiva, con valentía y generosidad”. Pues “todos estamos llamados
a cuidar con responsabilidad la creación y a usar los recursos de modo que todas las
personas y comunidades puedan vivir dignamente y desarrollar la alianza entre ser
humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios".
La
tierra es un don precioso del Creador, que ha diseñado su orden intrínseco, dándonos
así las señales orientadoras a las que debemos atenernos como administradores de su
creación. Precisamente a partir de esta conciencia, la Iglesia -dice Benedicto XVI-
considera las cuestiones vinculadas al ambiente y a su salvaguardia como íntimamente
relacionadas con el tema del desarrollo humano integral.
Son cuestiones tratadas
por el Papa también en su última encíclica, Caritas in veritate, donde recuerda "la
urgente necesidad moral de una renovada solidaridad "no sólo en las relaciones entre
los países, sino también entre las personas, pues Dios ha dado a todos el ambiente
natural, y su uso implica una responsabilidad personal con respecto a toda la humanidad,
y de modo especial con respecto a los pobres y las generaciones futuras”.
¡Qué
importante es, por tanto, que la comunidad internacional y cada Gobierno -señala el
Santo Padre- sepan dar las señales adecuadas a los propios ciudadanos para contrarrestar
eficazmente los modos de utilizar el ambiente que le sean nocivos!
“Los costes
económicos y sociales que se derivan del uso de los recursos ambientales comunes,
reconocidos de manera transparente, deben ser sufragados por aquellos que los utilizan,
y no por otras poblaciones o por las generaciones futuras”.
“La protección
del ambiente y la salvaguardia de los recursos y del clima requieren que todos los
responsables internacionales” -añade el Papa- actúen conjuntamente, en el respeto
de la ley y la solidaridad sobre todo con las regiones más débiles del planeta”.
“Juntos
podemos construir un desarrollo humano integral en beneficio de los pueblos, presentes
y futuros, un desarrollo inspirado en los valores de la caridad en la verdad”.
Y
acaba diciendo el Papa que para que esto suceda “es indispensable convertir el actual
modelo de desarrollo global hacia una toma de responsabilidad mayor y compartida respecto
a la creación: no sólo lo requieren las emergencias ambientales, sino también el escándalo
del hambre y de la miseria”.