Audiencia general: Benedicto XVI invita a los fieles y a los pastores a "rezar, trabajar
y sufrir" por la Iglesia, y "no abandonarla jamás o traicionarla”
Miércoles, 23 sep (RV).- Un miércoles más, Benedicto XVI ha presidido esta mañana
en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante unos 9 mil fieles y peregrinos, la habitual
Audiencia General cuya catequesis ha dedicado a San Anselmo, monje benedictino del
siglo XI, teólogo, gran defensor de la Inmaculada Concepción de María y filósofo.
Se le recuerda, además por ser uno de los padres de la escolástica. Fue canonizado
en 1494 y proclamado Doctor de la Iglesia en 1720. El Papa ha señalado que “precisamente
este año estamos celebrando el noveno centenario de la muerte de San Anselmo, nacido
en la ciudad de Aosta, en el año 1033”.
Benedicto XVI ha invitado
a los pastores y a los fieles a "rezar, trabajar y sufrir" por la Iglesia, y a "no
abandonarla jamás o traicionarla, como hizo san Anselmo de Aosta". “Fue un monje de
vida espiritual intensa, un teólogo de grandes capacidades y un defensor de la libertad
de la Iglesia” ha señalado el Pontífice. Se formó en la Abadía benedictina de Bec,
en Normandía y fue nombrado Prior y Maestro de la escuela claustral, donde demostró
ser “un excelente educador de los jóvenes”. Algunos años más tarde de su elección
como Abad de Bec fue llamado a Canterbury para instruir también a los monjes y ayudar
a la comunidad eclesial.
En 1093 fue elegido Arzobispo de Canterbury.
“La claridad y el rigor lógico de su pensamiento tuvieron siempre como finalidad elevar
el espíritu a la contemplación de Dios”. “San Anselmo -ha recordado el Papa- afirmaba
con firmeza que aquellos que quieren estudiar teología no sólo han de contar con su
propia inteligencia, sino que deben también cultivar una profunda experiencia de fe”.
El santo monje medieval defendió ante los reyes ingleses de la época
la independencia de la Iglesia del poder temporal, lo que le costó el exilio. “Que
el amor por la verdad y la constante sed de Dios que han marcado la existencia de
San Anselmo -ha dicho Benedicto XVI- sean para todos los cristianos un estímulo para
buscar sin cesar una unión siempre más íntima con Cristo”.
Luego, el
Papa tras su catequesis en lengua italiana, como ya es habitual, ha hecho una síntesis
en distintas lenguas. Estas han sido sus palabras en español.
Queridos
hermanos y hermanas:
San Anselmo nació en Aosta en el seno de una familia
noble. De su madre recibió una profunda formación humana y cristiana. Guiado por Lanfranco
de Pavía, prior de la abadía benedictina de Bec, estudió con diligencia las disciplinas
eclesiásticas. Allí abrazó la vida monástica y fue ordenado sacerdote, siendo posteriormente
elegido abad de esa comunidad. Cuando Lanfranco de Pavía fue designado Arzobispo de
Canterbury, pidió a Anselmo que lo ayudara en su tarea pastoral, ya que esa comunidad
pasaba una difícil situación tras la invasión de los normandos. San Anselmo trabajó
en esa diócesis fructuosamente y se ganó la estima de todos. Fue nombrado sucesor
de Lanfranco al frente de esa Sede episcopal, a la que se dedicó con todas sus fuerzas,
defendiendo valientemente la independencia de la Iglesia del poder temporal, lo cual
le costó el exilio. Cuando pudo regresar a Canterbury, se consagró a formar a su clero
y al cultivo de la teología. Murió en el año mil ciento nueve.
Tras
la alocución en español el Santo Padre ha saludado a todos los fieles de nuestra lengua
presentes en el Aula Pablo VI.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular, al grupo de sacerdotes de Valencia
que celebran el cuarenta aniversario de su ordenación presbiteral, acompañados por
el Señor Cardenal Antonio Cañizares Llovera y Monseñor Jesús Murgui Soriano, Obispo
de Mallorca; a los miembros de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España,
a los alumnos del Colegio Sacerdotal Argentino y del Pontificio Colegio Mexicano de
Roma. Que el amor a la verdad y la constante sed de Dios, que distinguieron la vida
de san Anselmo de Aosta, nos impulsen a buscar infatigablemente una unión cada vez
más profunda con Cristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Muchas gracias.
Dirigiéndose
a los peregrinos en legua inglesa, el Papa ha pedido a todos que rezaran por su inminente
viaje pastoral a la República checa, para que produzca numerosos frutos espirituales”.
Benedicto XVI también ha saludado a los peregrinos polacos presentes
en la Audiencia General, de manera especial a los becarios de la Fundación Vaticana
Juan Pablo II. Y se ha unido “espiritualmente a las familias de las víctimas y a los
heridos de la catástrofe”, ayer, en la Mina de Wujek-Slask en la que perecieron 15
trabajadores. “A todos confío en la oración a la Divina Misericordia. Para los difuntos
imploro el descanso eterno, para los heridos la curación y para todos los familiares
y amigos el don de la fuerza que proviene de la fe. Dios proteja de símiles tragedias
a todos los trabajadores. A todos os deseo fortaleza de ánimo”.
Durante
la audiencia, el Pontífice saludó a un grupo de Legionarios de Cristo, de diferentes
naciones, que se encuentran en Roma para estudiar filosofía y teología, a los que
deseó "lo mejor" en esta etapa universitaria y les dijo que "reza por ellos".
Finalmente,
como siempre el último pensamiento del Papa en la audiencia lo ha dedicado a los jóvenes,
a los enfermos y a los recién casados. “El testimonio de fe y de caridad que animó
a San Pío de Pietrelcina, cuya memoria litúrgica recordamos hoy, -ha dicho- os anime
a vosotros queridos jóvenes, a proyectar vuestro futuro como un generoso servicio
a Dios y al prójimo. Os ayude a vosotros, queridos enfermos, a experimentar en el
sufrimiento el apoyo y el consuelo de Cristo Crucificado. Y os estimule a vosotros,
queridos recién casados, a conservar en vuestra familia una constante atención por
los pobres”.
“Que el ejemplo de este santo, tan popular, sea en fin
para los sacerdotes, en este Año Sacerdotal, y para todos los cristianos una invitación
a confiar siempre en la bondad de Dios, acercándose y celebrando con confianza el
Sacramento de la Reconciliación del que el santo del Gargano, incansable dispensador
de la misericordia divina, fue asiduo y fiel ministro”.
Tras el encuentro
semanal con los fieles, Benedicto XVI regresó en helicóptero a la residencia de Castel
Gandolfo, al sur de Roma, desde donde se había trasladado por la mañana. El próximo
sábado viajará a la República Checa, donde permanecerá tres días.