2009-09-21 16:30:03

Benedicto XVI recuerda a los nuevos obispos que “estar a disposición de la gente no debe disminuir ni ofuscar nuestra disponibilidad hacia el Señor”


Lunes, 21 sep (RV).- Al saludar a los participantes en el congreso organizado para los obispos que han emprendido su ministerio pastoral en el último año el Papa, tras agradecerles su visita, puso de manifiesto que se trata de jornadas de reflexión, oración y actualización que son verdaderamente propicias para ayudarlos a familiarizarse con los deberes que están llamados a cumplir como pastores de comunidades diocesanas.



Tras dar gracias al cardenal Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los obispos, por las palabras que le había dirigido previamente en nombre de los presentes, el Papa saludó también al cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y manifestó su reconocimiento a cuantos colaboran de diversas maneras en la organización de este encuentro anual.



Benedicto XVI destacó que este congreso se celebra en el contexto del Año Sacerdotal, convocado por el 150° aniversario de la muerte de san Juan María Vianney. Y afirmó, tal como ha escrito en la carta enviada para esta ocasión a todos los sacerdotes, que este año especial "quiere contribuir a promover el empeño de renovación interior de todos los sacerdotes para un testimonio evangélico más fuerte e incisivo en el mundo de hoy", a la vez que agregó: “La imitación de Jesús Buen Pastor es, para cada sacerdote, el camino obligado de su propia santificación y la condición esencial para ejercer responsablemente el ministerio pastoral. Si esto vale para los presbíteros, vale aún más para nosotros, queridos hermanos obispos. Y es importante no olvidar que una de las tareas esenciales del obispo es precisamente la de ayudar, con el ejemplo y el apoyo fraterno a los sacerdotes a seguir fielmente su vocación y a trabajar con entusiasmo y amor en la viña del Señor”.



Teniendo en cuenta que la misión de un presbítero, y a mayor razón, la de un obispo, hoy comporta una mole de trabajo que tiende a absorberlo continua y totalmente, el Papa dijo: “Sin embargo, la atención a los problemas de cada día y las iniciativas tendentes a conducir a los hombres por el camino de Dios jamás deben separarnos de la unión íntima y personal con Cristo. El estar a disposición de la gente no debe disminuir y ofuscar nuestra disponibilidad hacia el Señor. El tiempo que el sacerdote y el obispo consagran Dios en la oración es siempre el mejor empleado, porque la oración es el alma de la actividad pastoral, la "linfa" que a ella infunde fuerza, es el apoyó en los momentos de incertidumbre y desaliento, y la fuente inagotable de fervor misionero y de amor fraterno hacia todos”.



Después de afirmar que en el centro de la vida sacerdotal está la Eucaristía, el Papa destacó que el Santo Cura de Ars nos enseña cuán valiosa es la identificación del sacerdote con el Sacrificio eucarístico y la educación de los fieles a la presencia eucarística y a la comunión. Porque como lo recordó en su carta a los sacerdotes, con la Palabra y los Sacramentos san Juan María Vianney edificó a su pueblo. Y se despidió de los nuevos obispos agradeciéndoles el servicio que brindan a la Iglesia con entrega y amor; asegurándoles con afecto su apoyo constante junto a la oración para que vayan y den fruto e impartiéndoles su bendición apostólica también sobre sus comunidades diocesanas, invocando la intercesión de María, Regina Apostolorum.








All the contents on this site are copyrighted ©.