Miércoles, 19 ago (RV).- “A los que aman a Dios todo se les convierte en bien” (Rm
8,28). Hoy, aprenderemos como Jesús a abandonarnos en las manos del Señor. Habla
Dolores Aleixandre en el último capítulo de su libro* que lleva por título “Las manos
del trapecista” sobre la conveniencia de hacer un ejercicio, llamémoslo, de prueba
con el cotidiano acto de nuestra respiración, y escribe: “Nuestra existencia, que
comenzó con una inspiración y acabará con una espiración, expresa con ese ritmo vital
que todo consiste en acoger la vida y entregarla. Al tomar conciencia de nuestra respiración,
podemos simbolizar en la inspiración nuestra acogida de su presencia y de su don,
y en la espiración el deseo de vaciarnos, de desposeernos y de entregarnos confiadamente
a Aquel de quien recibimos la vida”.
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Dolores Aleixandre, teóloga y religiosa del Sagrado Corazón, licenciada en Filología
Bíblica Trilingüe. Profesora Emérita de Sagrada Escritura en Comillas, España… Autora
de: “Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor” Ed. Sal Terrae, España 2007