“La vida de María, como la de todo cristiano, es un camino de seguimiento a Jesús”,
el Papa en la solemnidad de la Asunción de María
Sábado, 15 ago (RV).- La actividad del Papa Benedicto XVI ha girado hoy en torno a
la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al Cielo, comenzando a las 8 de la
mañana con la Misa en la comunidad parroquial de Santo Tomás de Villanueva de Castelgandolfo,
y luego al mediodía con la oración mariana del angelus.
La misa de la solemnidad
de la Asunción fue presidida por Benedicto XVI y concelebrada por el Secretario de
Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, el obispo de Albano y la comunidad parroquial de
Santo Tomás de Villanueva, que en número apreciable colmó la Iglesia para acompañar
la celebración pontificia.
Sobre las etapas de la vida de María el Santo Padre
se detuvo para manifestar que en el designio divino de la creación, el hombre debía
haber tenido la pureza y la belleza de la Inmaculada. Aquel designio comprometido,
pero no destruido por el pecado, por medio de la Encarnación del hijo de Dios, anunciado
y realizado en María, ha sido compuesto de nuevo y restituido a la libre aceptación
del hombre en la fe.
Continuando con la homilía, Benedicto XVI reflexionó sobre
los textos que la liturgia de hoy nos propone. Respecto al Evangelio de san Lucas
en el que María tras el anuncio del Ángel se pone en camino, con prisa, hacia la
casa de su prima Isabel, el Pontífice dijo que de esta manera el evangelista quiso
subrayar cómo María para seguir su propia vocación, con docilidad al espíritu de Dios,
que realizó en Ella la encarnación del Verbo, tuvo que recorrer un nuevo camino y
emprender inmediatamente un camino fuera de su propia casa, dejándose conducir solamente
por Dios.
Es un camino, continuó el Papa, en el que María, bebiendo y meditando
en el corazón los acontecimientos de su propia existencia, ve en ellos de una manera
cada vez más profunda el misterioso designio de Dios Padre, para la salvación del
mundo. La Asunción nos recuerda -subrayó el Papa- que la vida de María, como la de
todo cristiano, es un camino de seguimiento a Jesús, un camino que tiene una meta
bien precisa, con un futuro ya trazado: la victoria definitiva sobre el pecado.
La
homilía de la misa de la Asunción, que se celebró en la parroquia de Castelgandolfo,
el Papa la finalizó con una oración a la Virgen, compuesta por San Bernardo.