Concluye en Phoenix la Convención Suprema de los Caballeros de Colón
Jueves, 6 ago (RV).- Con extrema cobertura televisiva los católicos de todo el mundo
están siguiendo la edición número 127 de la Convención Suprema de los Caballeros de
Colón que se está desarrollando en Phoenix, Arizona, desde el martes pasado y que
este jueves concluye. Ocho cardenales, más de ochenta obispos y cientos de sacerdotes
concelebraron la Misa que inauguró la centésimo vigésimo séptima convención anual
de los más de un millón de miembros de los Caballeros de Colón. Mientras en el internacional
están participando miles de Caballeros junto con sus familias.
En la fiesta
del santo patrono de los sacerdotes, San Juan Vianney, el pasado 4 de agosto, el
obispo de Phoenix, mons. Thomas J. Olmsted presidió la misa inaugural cuya homilía
trató sobre el tema de la convención de este año: “Con Pedro en solidaridad con nuestros
obispos y sacerdotes”, mientras transcurre el “Año Sacerdotal” declarado por el Papa
Benedicto XVI, y dijo que el significado especial que tiene abrir la “Convención Suprema
de la mayor organización católica del mundo, fundada por un sacerdote, el padre Michael
McGivney” el día en que se festeja a san Juan Maria Vianney. Sin embargo, el prelado
se refirió al tema del miedo, que dijo “forma parte de nuestra experiencia humana
por lo que todos debemos enfrentar nuestros miedos, los que provocan causas naturales
y también otras tormentas, de naturaleza más espiritual y social, que se desatan en
nuestro corazón y nuestras relaciones con los demás.”
“Quizás este miedo a
las exigencias morales es el mayor de nuestra sociedad actual”, dijo mons. Olmsted,
“No cabe duda de que existen otras fuerzas que obstaculizan la fe, como el relativismo
y el escepticismo, la seducción del materialismo y el placer. Pero, cuando se siguen,
estas falsas ideologías siempre dejan el corazón inquieto y el espíritu sediento de
más.” No obstante, “los seguidores de Cristo no debemos temer, porque, como dijo el
ángel a María “no haya nada imposible para Dios”.
En la página oficial de
Los Caballeros de Colón (www.kofc.org), hoy se destacan las palabras pronunciadas
por el invitado especial a la Convención Suprema de los Caballeros de Colón, el prefecto
de la Congregación para la doctrina de la fe, cardenal William Joseph Levada quien
en su homilía de ayer miércoles, memorial de la dedicación de la basílica de Santa
María la Mayor, distinguió que en las sociedades que se vuelven cada más seculares
y tecnológicas, los Caballeros de Colón, junto con todos los católicos, deben dar
testimonio de que solo la palabra de Dios puede otorgar una “renovación de vida” que
satisfaga el corazón humano. La Misa estuvo presidida por el cardenal Theodore McCarrick,
arzobispo emérito de Washington.
El cardenal Levada dijo que la Ciudad de
Dios, la “Nueva Jerusalén” que descenderá del cielo al final de los tiempos como prometen
las Escrituras, no está construida por manos humanas. “Desciende del cielo hacia nosotros,
pero no construimos el cielo en la tierra; simplemente preparamos el sitio para dar
la bienvenida a la Nueva Jerusalén que nos viene de Dios”. El purpurado sugirió algo
que, a su parecer, se aplica particularmente a los católicos norteamericanos y que
es lo siguiente: “A pesar de las numerosas bendiciones y la riqueza material de Estados
Unidos, señaló, en ocasiones esta abundancia puede hacer que las personas sean ciegas
a nuestra total dependencia de Dios, y a la necesidad de tratar de cumplir con su
voluntad en primer lugar y siempre”.