Ángelus: el Papa denuncia desigualdades sociales e injusticias intolerables en el
mundo de hoy e invita a rezar por la convivencia pacífica en Honduras
Domingo, 12 jul (RV).- Benedicto XVI ha dedicado su alocución previa al Ángelus a
la reunión del G8 en L’Aquila y ha denunciado “las intolerables desigualdades sociales
y las injusticias estructurales” existentes en el mundo de hoy que exigen intervenciones
inmediatas obligatorias y “una estrategia coordinada para encontrar soluciones globales
duraderas”.
El Santo Padre, como cada domingo, se ha asomado a la ventana de
su estudio privado para rezar la oración mariana del Ángelus con los fieles reunidos
en la Plaza de san Pedro. En esta ocasión el Pontífice, además de hablar de la cumbre
del G8, ha invitado a rezar por la normalización y la convivencia pacífica en Honduras;
ha profundizado en su reciente encíclica ‘Caritas in veritate’; y ha anunciado el
inicio de sus breves vacaciones en el Valle de Aosta. Una ocasión, las vacaciones,
que el Papa ha aprovechado para recordar el deber de todos de conducir con prudencia
y respetar las normas del Código de Circulación.
“Durante estos días sigo con
viva preocupación los acontecimientos en Honduras. Hoy, querría invitaros a rezar
por este querido país para que, con la intercesión materna de Nuestra Señora de Suyapa,
los responsables de la nación y todos sus habitantes recorran pacientemente el camino
del diálogo, de la comprensión recíproca y de la reconciliación. Esto sólo será posible
si, superando las tendencias particulares, cada uno se esfuerza por buscar la verdad
y perseguir con tenacidad el bien común; ¡esta es la condición para asegurar una convivencia
pacífica y una vida democrática auténtica! Al amado pueblo hondureño le aseguro mis
oraciones e imparto una especial Bendición Apostólica”.
En cuanto a la reunión
del G8 en L’Aquila, Benedicto XVI ha recordado los dramáticos y urgentes problemas
incluidos en la agenda de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de los países
más industrializados del mundo.
“Existen en el mundo intolerables desigualdades
sociales e injusticias estructurales, que exigen, además de intervenciones inmediatas,
una estrategia coordinada para buscar soluciones globales duraderas. Durante la cumbre,
los jefes de Estado y de Gobierno del G8 han subrayado la necesidad de alcanzar acuerdos
comunes para asegurar a la humanidad un futuro mejor".
En este sentido Benedicto
XVI ha ofrecido la ayuda de la Iglesia que “aunque no puede presentar soluciones técnicas,
es experta en humanidad, y ofrece a todos la enseñanza de la Sagrada escritura sobre
la verdad del hombre y anuncia el Evangelio del Amor y de la justicia”.
De
hecho, el Santo Padre ha retomado su catequesis del miércoles anterior comentando
su Encíclica Caritas in veritate, cuya publicación ha coincidido en el tiempo con
la vigilia del G8, y donde manifestó la necesidad de “una nueva proyección económica
que rediseñe el desarrollo de forma global, basada en el fundamento ético de la responsabilidad
ante Dios y el ser humano como criatura de Dios”.
El Pontífice ha enlazado
la Populorum progressio de Pablo VI con su encíclica Caritas in veritate en el contexto
de la cuestión social, “que en nuestra era se ha convertido en una cuestión antropológica”,
ya que implica que la forma de concebir al ser humano se pone en las mismas manos
del hombre a través de las modernas biotecnologías.
“Las soluciones a los
problemas actuales de la humanidad no pueden ser únicamente técnicas, sino que tienen
que tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de alma y
cuerpo y hay que tener en cuenta a su creador, que es Dios. El absolutismo de la técnica,
que encuentra su máxima expresión en algunas prácticas contrarias a la vida, podría
dibujar un oscuro escenario para el futuro de la humanidad. Los actos que no respetan
la verdadera dignidad de la persona, incluso cuando parecen motivados por una elección
de amor, son el fruto de una concepción material y mecanicista de la vida humana que
reduce el amor sin verdad a un cascarón vacío que se puede rellenar de forma arbitraria
y puede conllevar efectos negativos para el desarrollo humano integral".
A
pesar de la compleja situación actual del mundo, el Papa ha asegurado que “la Iglesia
contempla el futuro con esperanza y recuerda a los cristianos que el anuncio de Cristo
es el primer y principal factor de desarrollo”.
Y después del rezo de la oración
mariana, Benedicto XVI ha dirigido sus saludos habituales en distintas lenguas. Estas
han sido sus palabras en español.
Saludo
con afecto a los grupos de lengua española presentes en esta oración mariana, en particular
a los jóvenes guatemaltecos del Centro vocacional San José. Deseo a todos que en estas
fechas veraniegas puedan reponer las fuerzas del cuerpo y encontrar también serenidad
de espíritu, que brota del encuentro con Jesucristo, bajo la maternal protección de
la Santísima Virgen María. Gracias por vuestra presencia y vuestras oraciones. Feliz
domingo.