Conferencias episcopales de países del G8 piden acciones concretas contra el hambre
Lunes, 29 jun (RV).- Los presidentes de las Conferencias episcopales de Canadá, Francia,
Alemania, Italia, Japón, Rusia, Escocia, Inglaterra y Gales, y Estados Unidos, han
enviado una misiva a los presidentes de los siete países más industrializados del
mundo –más Rusia- que participarán del 8 al 10 de julio en el denominado vértice del
G8 que se celebrará en la localidad del Aquila, en Italia, ya que este país ostenta
la presidencia de turno del G8.
En la carta, los presidentes de las Conferencias
episcopales de los países del G8, exhortan a tomar medidas globales para combatir
la pobreza, y ayudar a los países en vías de desarrollo. Los prelados recuerdan asimismo
la carta escrita por el Santo Padre Benedicto XVI a la vigilia del G20 celebrado en
Inglaterra, en la que señalaba que “la crisis actual ha hecho emerger el espectro
de la cancelación o de la drástica reducción de los planes de ayuda internacional,
especialmente para África y para los demás países en vías de desarrollo”. En este
sentido el Pontífice recordó que la ayuda al desarrollo, entre la que se incluye el
acuerdo comercial y financiero favorable a los países menos desarrollados y a la
remisión de la deuda exterior de los países más pobres y con más deuda, “no ha sido
la causa de la crisis, y por un motivo de justicia fundamental, los países pobres
no tienen que ser víctimas”.
La tradición de la Iglesia llama a proteger la
vida y su dignidad, especialmente de los miembros más pobres y vulnerables de la familia
humana, porque en el rostro de los pobres, la Iglesia Católica ve el rostro de Cristo.
Con esta reflexión los presidentes de las Conferencias Episcopales de los países del
G8 recuerdan que “paradójicamente, los pobres que han contribuido menos a la crisis
económica con la que el mundo hoy se tiene que enfrentar”, serán los que con mayor
probabilidad más sufran las consecuencias de la crisis. A la luz de estos hechos,
los prelados de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia, Escocia, Inglaterra
y Gales, y Estados Unidos, invitan a los países miembros del G8 a afrontar sus responsabilidades
en la promoción del diálogo con las otras potencias económicas mundiales, para ayudar
a prevenir ulteriores crisis financieras.
Estos países, prosiguen los representantes
de las Conferencias Episcopales del G8, tienen que “honrar su compromiso para aumentar
la ayuda al desarrollo para reducir la pobreza global y alcanzar los Objetivos de
Desarrollo del Milenio, especialmente en los países africanos”. Para lograrlo, proponen
ahondar en la cooperación con los países en vías de desarrollo, de modo que estas
poblaciones puedan transformarse en agentes activos de su propio crecimiento, participando
en las reformas políticas, gubernamentales, económicas y sociales, al servicio del
bien común. De manera particular, invitan a participar en los procesos de paz, de
forma que los conflictos armados no continúen a privar a los países de sus recursos
necesarios para el desarrollo.
Del mismo modo señalan que los países pobres,
y los pueblos que menos han contribuido al cambio climático global, son los primeros
que arriesgan sufrir las graves consecuencias de este fenómeno. Como pastores de la
Iglesia, señalan en la misiva los presidentes de las Conferencias episcopales de los
países del G8, “nos preocupa particularmente el impacto que en el cambio climático
tendrá en la vida de los más pobres”. Por este motivo llaman a que se fijen compromisos
concretos y se creen mecanismos para mitigar ulteriores cambios climáticos, ayudando
a los pobres y a los países en vías de desarrollo a adecuarse a estos efectos y a
adoptar tecnologías apropiadas para un desarrollo sostenible.
La reunión del
G8 en el Aquila, la ciudad más afectada por el terremoto que el pasado 6 de abril
asoló la región italiana de Los Abruzos dejando casi 300 muertos, tiene lugar a la
sombra de una crisis económica global, pero sus actuaciones serán capaces de dar al
mundo esperanza. Por este motivo los pastores de las conferencias episcopales de los
países del G8 piden que se asegure el bien común a todo el mundo, y rezan para que
el encuentro esté bendecido por el espíritu de colaboración que permita dar pasos
concretos para reducir la pobreza y afrontar el cambio climático en este tiempo de
crisis.