Viernes, 19 jun (RV).- Señor Jesús, que en san Juan María Vianney quisiste donar a
tu Iglesia una conmovedora imagen de tu caridad pastoral, haz que, en su compañía
y sustentados por su ejemplo, vivamos en plenitud este Año Sacerdotal.
Haz
que, permaneciendo como Él delante de la Eucaristía, podamos aprender cuán sencilla
y cotidiana es tu palabra que nos enseña; tierno amor con el que acoges a los pecadores
arrepentidos; consolador el abandono confiado a tu Madre Inmaculada.
Haz,
Oh Señor, que, por intercesión del Santo Cura de Ars, las familias cristianas se conviertan
en “pequeñas iglesias”, donde todas las vocaciones y todos los carismas, donados por
tu Espíritu Santo, puedan ser acogidos y valorizados. Concédenos, Señor Jesús, poder
repetir con el mismo ardor del Santo Cura de Ars las palabras con las que él solía
dirigirse a Ti:
Te amo, Oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte
Hasta
el último suspiro de mi vida.
Te amo, Oh infinitamente amoroso Dios,
Y
prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Te amo, oh mi Dios, y
mi único temor es ir al infierno
Porque ahí nunca tendría la dulce consolación
de tu amor,
Oh mi Dios,
si mi lengua no puede decir
cada instante
que te amo,
por lo menos quiero
que mi corazón lo repita cada vez que
respiro.
Ah, dame la gracia de sufrir mientras que te amo,
Y de amarte
mientras que sufro,
y el día que me muera
No solo amarte pero sentir
que te amo.
Te suplico que mientras más cerca estés de mi hora