2009-06-11 13:21:50

Reflexiones en familia


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Jueves, 11 jun (RV).- La Oficina Internacional Católica para la Infancia, con sede en Ginebra, hace pocos días hizo un llamamiento, a través de la publicación de un documento, a la movilización en favor de la infancia, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la Convención de Naciones Unidas relativa a los derechos de los niños.

Hay que recordar que la organización internacional católica, fue fundada en 1948, tiene presencia en 66 países de cuatro continentes y actualmente desarrolla proyectos en 26 países. Esta organización ha participado activamente en la elaboración de la Convención en los años ochenta, al tiempo que ha seguido su puesta en práctica sobre el terreno, acompañando de cerca la Comisión de Derechos del Niño de las Naciones Unidas.

El documento, elaborado por la Oficina Internacional Católica, hace "un Llamamiento urgente a una nueva movilización en favor de la infancia". A juicio de las organizaciones, expertos y personalidades que firman el documento, la trasposición de normas de la Convención a los derechos nacionales y a las políticas realizadas ha permitido un progreso real.

Lamentablemente, añaden, "los compromisos asumidos están todavía muy lejos de ser respetados en todas partes. Se considera todavía con demasiada frecuencia, que los niños son como objetos de asistencia, o destinatarios de algunos derechos que les son concedidos como una limosna. Además, demasiados niños en el mundo siguen privados de sus derechos, a veces incluso de los derechos más fundamentales.

El documento recuerda la terrible situación de gran parte de la infancia, y señala que hoy existen "Niños soldados, niños trabajadores en condiciones penosas y peligrosas, niños objeto de abusos, violados, objetos de toda forma de violencia, niños obligados a huir sin cesar con o sin familia ante las guerras, el hambre, los cataclismos naturales, niños abandonados y rechazados por todos, obligados a vivir en la calle, niños ‘brujos', sin educación, sin patria, sin documentos...".

Según el documento, todos estos niños tienen una cosa en común: "Han sido desarraigados". Un desarraigo "físico, a veces brutal, de su país o del entorno en el que habrían debido crecer; pero también desarraigo psicológico, más íntimo, causa de un choque más profundo todavía".

Este desarraigo, dicen los autores del documento, debe interpelarnos seriamente" y debe ser mejor comprendido y estudiado.

Por todos estos motivos, la propuesta que los autores del documento hacen es adoptar un enfoque renovado con respecto a las políticas de atención y tratamiento a las necesidades de la infancia, de manera que se tengan en cuenta sus necesidades más profundas así como sus derechos a la vida y a un desarrollo integral, incluido el espiritual.

A pesar de esta sombría realidad, afirma el Llamamiento, estos niños tienen una capacidad de elasticidad. Esta elasticidad puede ser desarrollada por varios factores: la inserción en un medio familiar; una educación de calidad, una verdadera solidaridad en la familia y en la comunidad.

Este nuevo enfoque del niño pide movilizarse dando prioridad a ciertas apuestas, entre otras, luchar contra toda forma de violencia respecto a los niños y garantizar una educación de calidad para todos los niños.

Los firmantes del Llamamiento apelan a los Estados a ratificar la Convención de la ONU relativa a los niños, al tiempo que hacen un llamamiento a la comunidad internacional y a los medios de comunicación, a las autoridades morales y religiosas, a las organizaciones de la sociedad civil y a las mujeres y hombres de buena voluntad para que exijan la verificación de estos compromisos.



Textos: Alma García

Locución: Alina Tufani








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