Profunda tristeza de Benedicto XVI por el incendio en una guardería infantil de México,
donde han muerto 38 niños
Domingo, 7 jun (RV).- Benedicto XVI manifiesta su profunda tristeza por la dolorosa
noticia del grave incendio en una guardería infantil mexicana de la ciudad de Hermosillo,
donde han muerto 38 niños, de edades comprendidas entre los 11 meses y cuatro años.
El
cardenal secretario de Estado de Su Santidad, Tarcisio Bertone en nombre de Benedicto
XVI, ha enviado un telegrama de pésame a Mons. José Ulises Macías Salcedo, arzobispo
de Hermosillo.
“El Santo Padre – leemos en el telegrama- ofrece fervientes
sufragios por el eterno descanso de los difuntos. Asimismo ruego a vuestra excelencia
que tenga la bondad de hacer llegar el sentido pésame de su Santidad Benedicto XVI
a los familiares de los fallecidos, junto con expresiones de cercanía espiritual,
viva solicitud y deseo de un pronto y total restablecimiento de los heridos en el
lamentable percance”.
Además de los 38 niños que murieron, la mayoría de ellos
por asfixia, hay 23 hospitalizados en Hermosillo, 15 de los cuales se encuentran en
estado grave, y otros 10 fueron trasladados a centros de Guadalajara, Ciudad Obregón
y Sacramento (California) especializados en la atención a niños quemados.
TELEGRAMA
COMPLETO DIRIGIDO A MONS. JOSÉ ULISES MACÍAS SALCEDO
ARZOBISPO
DE HERMOSILLO
El Santo Padre, profundamente apenado al conocer la
dolorosa noticia del grave incendio ocurrido en una escuela infantil de esa ciudad,
que ha ocasionado numerosas victimas y heridos, ofrece fervientes sufragios por el
eterno descanso de los difuntos. Asimismo ruego a vuestra excelencia que tenga la
bondad de hacer llegar el sentido pésame de Su Santidad Benedicto XVI a los familiares
de los fallecidos, junto con expresiones de cercanía espiritual, viva solicitud y
deseo de un pronto y total restablecimiento de los heridos en el lamentable percance.
Con estos sentimientos, el Sumo Pontífice, en estos momentos de tristeza, imparte
de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de consuelo y esperanza
el en Señor Resucitado.