Viernes, 29 may (RV).- Cada día se registra con mayor acento social y político la
presencia de las mujeres en el ámbito social, particularmente en la promoción y defensa
de los derechos humanos. Por ello, hoy haremos referencia a este tema, que fue el
dialogado en una conferencia internacional sobre el tema "Vida, familia y desarrollo: el
papel de la mujer en la promoción de los derechos humanos", celebrada en Roma el pasado
mes de marzo, y para la cual el Santo Padre envío un mensaje especial.
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el programa
La
Conferencia patrocinada por el Consejo pontificio Justicia y paz, con la cooperación
de la Alianza mundial de mujeres en favor de la vida y la familia, la Unión mundial
de organizaciones femeninas católicas y otras asociaciones, es un ejemplo de respuesta
a la invitación de mi predecesor el Papa Juan Pablo II a un "nuevo feminismo" capaz
de transformar la cultura, impregnándola de un respeto decidido a la vida, empezó
señalando el Santo Padre.
Cada día percibimos nuevas amenazas contra la vida,
especialmente en sus fases más vulnerables. Señaló el Papa y agregó que aunque la
justicia exige que sean denunciadas como violación de los derechos humanos, también
deben suscitar una respuesta positiva y concreta.
El reconocimiento y el aprecio
del plan de Dios para las mujeres en la transmisión de la vida y en la educación de
los hijos es un paso constructivo en esa dirección. Además, dada la notable influencia
de las mujeres en la sociedad, es necesario animarlas a aprovechar la oportunidad
de defender la dignidad de la vida mediante su compromiso en la educación y su participación
en la vida política y civil.
En su mensaje, el Pontífice resaltó la en las
mujeres la "capacidad única de acogida del otro", las mujeres –dijo el Papa- desempeñan
un papel crucial en la promoción de los derechos humanos, porque sin su voz se vería
debilitado el tejido social.
Al reflexionar sobre el papel de la mujer en la
promoción de los derechos humanos, Benedicto XVI invito a los participantes en la
conferencia, a recordar una tarea sobre la que ha llamado la atención en varias ocasiones,
a saber, la de corregir la idea errónea según la cual el cristianismo sería solamente
un conjunto de mandamientos y prohibiciones.
El Evangelio –puntualizó el Papa-
es un mensaje de alegría que anima a hombres y mujeres a gozar del amor conyugal;
lejos de reprimirlo, la fe y la moral cristianas lo hacen sano, fuerte y verdaderamente
libre. Este es el significado exacto de los diez Mandamientos: no son una serie de
"no", sino un gran "sí" al amor y a la vida.
Al concluir su mensaje a los
participantes en la conferencia internacional sobre el tema "Vida, familia y desarrollo: el
papel de la mujer en la promoción de los derechos humanos", el pontífice señaló que
sinceramente espera que los debates realizados en el marco de este evento, se traduzcan
en iniciativas concretas para salvaguardar el papel indispensable de la familia en
el desarrollo integral de la persona humana y de toda la sociedad.
El genio
de la mujer para movilizar y organizar, la dota de la habilidad y las motivaciones
necesarias para desarrollar redes en continua expansión para el intercambio de experiencias
y la generación de nuevas ideas. El Pontífice concluyó sus palabras deseando que el
radio de influencia de estas organizaciones siga creciendo a nivel regional, nacional
e internacional para la promoción de los derechos humanos basados en el sólido fundamento
del matrimonio y la familia.