La Santa Sede reafirma el derecho de las víctimas de conflictos a recibir asistencia
sin discriminación
Martes, 26 may (RV).- Todas las víctimas de los conflictos y de las distintas categorías
de armas y de municiones tienen el derecho a recibir asistencia, sin discriminación
alguna. Así lo afirmó el arzobispo Silvano Tomassi, observador permanente de la Santa
Sede ante las oficinas de Naciones Unidas y otras instituciones internacionales en
Ginebra, en su intervención, el pasado 23 de abril, en la sesión del grupo de expertos
gubernamentales de los estados, parte del V Protocolo sobre los residuos bélicos no
explotados o abandonados.
Este V Protocolo forma parte de la Convención sobre
la prohibición o limitación de algunas armas convencionales que pueden producir efectos
traumáticos excesivos o indiscriminados sobre las personas, que fue ratificado desde
su presentación por la Santa Sede, sobre todo, porque reafirma –como explicó Monseñor
Tomassi- la dignidad de la persona y reivindica los derechos de los supervivientes
y víctimas de dichas armas, en tres dimensiones: la asistencia, la cooperación y la
prevención.
En primer lugar, el prelado vaticano insistió en que las victimas
de los conflictos y de las armas deben recibir una asistencia apropiada y específica,
sin ningún tipo de discriminación o exclusión por parte de personas o grupos, y deben
ser tratadas como personas con pleno derecho, autónomas, activas que participan en
la construcción de la sociedad. La Santa Sede- recordó el arzobispo Tomassi, a través
de sus instituciones empeñadas en la acción a favor de las víctimas de minas, bombas
de racimo y residuos inexplorados, busca reinsertar a las personas golpeadas -en decenas
de países-, a sus sociedades, familias y ambiente laboral, escolar y profesional,
en el respeto de su dignidad, derecho, justicia y fraternidad.
Como segundo
aspecto, el observador permanente de la Santa Sede subrayó la responsabilidad del
Estado de hacerse cargo de las víctimas. No obstante, reconoció que teniendo en cuenta
que la mayor parte de los países golpeados por los residuos bélicos no explotados
o abandonados, son países en vías de desarrollo, son incapaces de asumir sus obligaciones
sin la asistencia internacional, de allí la importancia del papel de los países donadores
así como de las organizaciones no gubernamentales y comunidades religiosas presentes
en esas regiones.
Monseñor Tomassi explicó que la Santa Sede en su larga experiencia
en el campo de la asistencia ha visto los mejores resultados, a nivel nacional, cuando
cooperan los tres actores, es decir, las instituciones especializadas, el sector público
y el sector privado. Una acción que debe ser completada por la cooperación de los
gobiernos, las agencias de Naciones Unidas, organismos internacionales y la sociedad
civil.
La tercera dimensión señalada por Monseñor Tomassi se refiere a una
serie de medidas concretas, como establecer un monto regular y adecuado para la asistencia
a las víctimas y, en particular, para asegurar recursos humanos cualificados; crear
las estructuras necesarias para la rehabilitación física y psicológica; crear estructuras
educativas y formativas para hacer posible la reinserción social, económica y política
de las victimas: y tener en cuenta que la política de asistencia incluye el entorno
familiar y comunitario de la víctima.
Al concluir su intervención, Monseñor
Tomassi manifestó la satisfacción de la Santa Sede porque la asistencia se está convirtiendo
en un elemento fundamental de los diversos instrumentos jurídicamente vinculantes
como el V Protocolo, la convención de Otawa sobre las minas terrestres o la convención
sobre las municiones de las bombas de racimo. Pese a que los Estados tienen opiniones
divergentes en cuanto a estos instrumentos -recalcó el prelado vaticano- el sentido
común debería llevar a la búsqueda de una sinergía de acciones en beneficio, en primer
lugar de las víctimas, y para ello es importante no sólo por la eficacia de la acción
sino también y sobretodo evitar la discriminación entre las distintas categorías de
víctimas.