2009-05-26 14:26:16

La Santa Sede reafirma el derecho de las víctimas de conflictos a recibir asistencia sin discriminación


Martes, 26 may (RV).- Todas las víctimas de los conflictos y de las distintas categorías de armas y de municiones tienen el derecho a recibir asistencia, sin discriminación alguna. Así lo afirmó el arzobispo Silvano Tomassi, observador permanente de la Santa Sede ante las oficinas de Naciones Unidas y otras instituciones internacionales en Ginebra, en su intervención, el pasado 23 de abril, en la sesión del grupo de expertos gubernamentales de los estados, parte del V Protocolo sobre los residuos bélicos no explotados o abandonados.

Este V Protocolo forma parte de la Convención sobre la prohibición o limitación de algunas armas convencionales que pueden producir efectos traumáticos excesivos o indiscriminados sobre las personas, que fue ratificado desde su presentación por la Santa Sede, sobre todo, porque reafirma –como explicó Monseñor Tomassi- la dignidad de la persona y reivindica los derechos de los supervivientes y víctimas de dichas armas, en tres dimensiones: la asistencia, la cooperación y la prevención.

En primer lugar, el prelado vaticano insistió en que las victimas de los conflictos y de las armas deben recibir una asistencia apropiada y específica, sin ningún tipo de discriminación o exclusión por parte de personas o grupos, y deben ser tratadas como personas con pleno derecho, autónomas, activas que participan en la construcción de la sociedad. La Santa Sede- recordó el arzobispo Tomassi, a través de sus instituciones empeñadas en la acción a favor de las víctimas de minas, bombas de racimo y residuos inexplorados, busca reinsertar a las personas golpeadas -en decenas de países-, a sus sociedades, familias y ambiente laboral, escolar y profesional, en el respeto de su dignidad, derecho, justicia y fraternidad.

Como segundo aspecto, el observador permanente de la Santa Sede subrayó la responsabilidad del Estado de hacerse cargo de las víctimas. No obstante, reconoció que teniendo en cuenta que la mayor parte de los países golpeados por los residuos bélicos no explotados o abandonados, son países en vías de desarrollo, son incapaces de asumir sus obligaciones sin la asistencia internacional, de allí la importancia del papel de los países donadores así como de las organizaciones no gubernamentales y comunidades religiosas presentes en esas regiones.

Monseñor Tomassi explicó que la Santa Sede en su larga experiencia en el campo de la asistencia ha visto los mejores resultados, a nivel nacional, cuando cooperan los tres actores, es decir, las instituciones especializadas, el sector público y el sector privado. Una acción que debe ser completada por la cooperación de los gobiernos, las agencias de Naciones Unidas, organismos internacionales y la sociedad civil.

La tercera dimensión señalada por Monseñor Tomassi se refiere a una serie de medidas concretas, como establecer un monto regular y adecuado para la asistencia a las víctimas y, en particular, para asegurar recursos humanos cualificados; crear las estructuras necesarias para la rehabilitación física y psicológica; crear estructuras educativas y formativas para hacer posible la reinserción social, económica y política de las victimas: y tener en cuenta que la política de asistencia incluye el entorno familiar y comunitario de la víctima.

Al concluir su intervención, Monseñor Tomassi manifestó la satisfacción de la Santa Sede porque la asistencia se está convirtiendo en un elemento fundamental de los diversos instrumentos jurídicamente vinculantes como el V Protocolo, la convención de Otawa sobre las minas terrestres o la convención sobre las municiones de las bombas de racimo. Pese a que los Estados tienen opiniones divergentes en cuanto a estos instrumentos -recalcó el prelado vaticano- el sentido común debería llevar a la búsqueda de una sinergía de acciones en beneficio, en primer lugar de las víctimas, y para ello es importante no sólo por la eficacia de la acción sino también y sobretodo evitar la discriminación entre las distintas categorías de víctimas.








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