En el Centro Nuestra Señora de Jerusalén, el Papa recuerda que la fe se vive siempre
en la cultura y subraya el poder de la razón para vivir juntos en profundo respeto,
estima y aprecio
Lunes, 11 may (RV).- Benedicto XVI se ha encontrado esta tarde, en el último acto
de este lunes, con varias organizaciones para el Diálogo Interreligioso. Al encuentro
-celebrado en el Centro Nuestra Señora de Jerusalén- han acudido unas 500 personas,
entre las que estaban representantes de las diferentes religiones de Tierra Santa.
A todos ellos el Pontífice les ha recordado que “la fe se vive siempre en la cultura”.
En
este sentido el Papa ha señalado que hoy en día el encuentro de las religiones con
la cultura se realiza más allá del plano geográfico, gracias sobre todo, al mundo
globalizado y a instrumentos como Internet. Alabando la capacidad de este medio para
crear “un sentido de cercanía y de unidad”, Benedicto XVI ha invitado a utilizar la
red con cautela, porque en ocasiones “el uso ilimitado de portales” que a veces no
dan una correcta información “puede transformarse fácilmente en un instrumento de
creciente fragmentación”.
La pregunta que surge en este contexto, ha señalado
el Papa, es cuál es la contribución que las religiones pueden dar a la cultura del
mundo globalizado. La respuesta la ha ofrecido el propio Pontífice: “proclamar con
claridad lo que las religiones tenemos en común”. Desde esta perspectiva Benedicto
XVI ha proclamado la posibilidad de unidad “que no depende de la uniformidad”.
“Mientras
las diferencias que analizamos en el diálogo interreligioso pueden aparecer a veces
como barreras”, el Papa ha recordado que el respeto por lo universal, por lo absoluto,
y por la verdad, “impulsa en primer lugar a los creyentes a relacionarse”. De este
modo la religión no sólo enriquece la cultura, sino que la plasma en base a los principios
y a las acciones que provienen de la fe, porque “la fe religiosa presupone la verdad”,
y por esta razón hay que proseguir con los esfuerzos de testimoniar la verdad.
Juntos
podemos proclamar que Dios existe y que puede ser conocido, que la tierra es su creación,
que nosotros somos sus criaturas, y que Él invita a todo hombre y mujer a seguir un
estilo de vida que respete su diseño para el mundo. Porque más allá de amenazar la
tolerancia de la diferencia, la verdad hace que el consenso sea posible y mantiene
el debate público razonable y honesto, abriendo el camino a la paz.
Los creyentes,
ha afirmado el Pontífice, pueden compartir con los demás la verdad de Dios ofreciendo
un servicio a la sociedad a través del instrumento de la razón. El Papa ha invitado
a los representantes de las organizaciones para el Diálogo Interreligioso a reflexionar,
sobre todo en esta época de acceso inmediato a la información y de tendencias sociales
que generan una especie de monocultura. “Nuestras diferencias no tienen que aparece
como fricciones o tensiones entre nosotros o con la sociedad. Al contrario, éstas
ofrecen una esplendida oportunidad a las personas de diferentes religiones para vivir
juntos en profundo respeto, estima y aprecio”.