ONU: Santa Sede pide un compromiso común para conseguir un mundo libre de armas nucleares
Jueves, 7 may (RV).- Hay que impulsar «un progreso urgente e irreversible en todo
lo que se refiere a lo nuclear y la paz», ha destacado el observador permanente de
la Santa Sede ante la ONU, interviniendo en Nueva York, ante el comité preparatorio
de la Conferencia de revisión del Tratado de no proliferación de armas nucleares,
prevista para el 2010.
Poniendo de relieve que el desarme nuclear, la no proliferación
de armas nucleares y el uso pacífico de la energía nuclear son tres pilares que se
refuerzan entre sí, el arzobispo Celestino Migliore, en su intervención el pasado
lunes, señaló que el Tratado de no proliferación puesto en marcha en 1968, sigue siendo
aún un instrumento clave para reforzar la seguridad y la paz en ámbito internacional.
Y
con un llamamiento a una adhesión plena y universal a este tratado Mons. Migliore
puso en guardia contra la intención de algunas naciones que están luchando por entrar
en el denominado ‘club nuclear’, a pesar de las obligaciones vinculadas con el mismo
Tratado. El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, exhortó a todos los
estados para que se comprometan en favor de un mundo libre de las armas nucleares
y adopten medidas que promuevan verdaderamente confianza, transparencia y cooperación
entre naciones y regiones.
En particular, Mons. Migliore señaló cinco objetivos:
la adhesión al Tratado para prohibición total de los experimentos nucleares; la puesta
en marcha de negociaciones sobre el Tratado para eliminar el material hendible; la
cooperación en el uso pacífico de la energía nuclear, bajo el control estricto de
la Agencia para la energía atómica y la búsqueda de soluciones comunes y de estructuras
internacionales para producir combustible nuclear, respondiendo a las crecientes necesidades
de energía.
Las zonas libres de armas nucleares son el mejor ejemplo reiteró
Mons. Migliore, subrayando que la paz y la seguridad son posibles sin que se tenga
que poseer estas armas. La intervención del observador permanente de la Santa Sede
ante la ONU tuvo también una exhortación especial a todos los estados que poseen armas
nucleares para que asuman con valentía un papel de liderazgo y la responsabilidad
política de salvaguardar la integridad del Tratado de no proliferación de armas nucleares
impulsando una concreta realización de una cultura de la vida y de la paz.