2009-05-05 14:42:17

El Patriarca Latino de Jerusalén agradece la visita del Papa para alentar a los cristianos de Tierra Santa, una comunidad que sufre una lenta pero inexorable emigración de la comunidad e innumerables dificultades diarias


Martes, 5 may (RV).- La peregrinación a Tierra Santa de Benedicto XVI inicia el viernes 8 de mayo, en Jordania, para luego continuar en Israel y los territorios palestinos. Un viaje importante y complejo con el que el Papa anhela confirmar y alentar a los cristianos de los Lugares Santos de la Salvación e impulsar el diálogo ecuménico e interreligioso.

Sobre esta importante peregrinación del Papa, el Patriarca Latino de Jerusalén, Foud Twal, entrevistado por nuestro colega Roberto Piermarini, quien ya se encuentra en Jerusalén, explicó con cuál espíritu se preparan las comunidades cristianas de Tierra Santa para recibir al Santo Padre.

“Con alegría, con esperanza, con entusiasmo. Vemos en él un signo de la Providencia que viene a orar con nosotros, por nosotros. Y todos juntos vamos a rezar por la paz, por todos los habitantes de Tierra Santa. Vemos en él a un Padre que empieza su viaje en Jordania para alentar a los fieles de aquel país y que luego vendrá aquí. Somos optimistas. Debemos tener un corazón grande. No debemos limitarnos a las pequeñas cosas y a las mezquindades de la vida, al contrario a este bonito gesto que ha tenido el Papa, debemos corresponderle también nosotros por nuestra parte, con un gesto amable, con valentía, dándole hospitalidad y acogida”.

Benedicto XVI, durante el Regina Coeli del pasado domingo dijo que irá a animar a los cristianos de Tierra Santa que deben soportar cotidianamente no pocas dificultades. El Arzobispo Twal enumeró estás dificultades calificándolas como un calvario de la comunidad cristiana.

“Basta ir a Belén y a Nazaret para ver este Calvario. Todos los puestos de control que existen, todo el muro que nos separa, el aeropuerto al que no podemos llegar, problemas de visas que no llegan, problemas de reunificación de las familias cristianas entre Jerusalén y Ramala, destrucción de casas, demolición de edificios, todos problemas de cada día. Esta es una iglesia de Calvario, pero no olvidemos que al Calvario le siguió una Resurrección, un Aleluya, una alegría”.

Por último, el Patriarca Latino de Jerusalén subrayó que ésta lenta pero inexorable emigración de los cristianos de Tierra Santa es causa de mucho sufrimiento…

“Si, ésta hemorragia humana hace sufrir a Jerusalén. Sólo en Jerusalén tememos 10 mil cristianos entre católicos, ortodoxos y protestantes, en medio de una masa musulmana de 250 mil y otra israelí de 550 mil. Ciertamente nos hace sufrir y hacemos lo posible por limitar al máximo esta emigración. Pero les toca a los mismos cristianos entender que su presencia aquí es una misión y deben aceptar los obstáculos, no escapar ante la primera dificultad. Es normal que en América, en la diáspora encontrarán otros lugares, dignidad, trabajo, libertad de movimiento pero no encontrarán otra Tierra Santa. Es aquí que está la Tierra Santa y aquí están nuestras raíces. Si tienen sentido de pertenencia deben aceptar que tendrán que sufrir. Antes que ellos sufrió el Señor, también ellos tiene que aceptar el sufrimiento”.







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