Benedicto XVI agradece al presidente italiano el concierto de música clásica en su
honor, en ocasión del IV aniversario del inicio del Pontificado
Viernes, 1 may (RV).- Concierto de Música clásica ayer por la tarde en el Vaticano
en honor del Papa. El homenaje musical, al que asistió una gran parte de Cuerpo Diplomático,
el mundo político y personalidades civiles y eclesiásticas, fue ofrecido por el presidente
italiano Giorgio Napolitano a Benedicto XVI, en ocasión del cuarto aniversario del
inicio del Pontificado.
El Santo Padre, al final del concierto saludó a los
asistentes y tuvo unas palabras de cordial agradecimiento al presidente Napolitano,
en las que también exaltó la ejecución musical de la Orquesta y del Coro Giuseppe
Verdi de Milán y en particular a la directora Zhang Xian, al maestro del Coro, Erina
Gambarini y a las tres solistas.
“La maestría y el entusiasmo de todos ellos
ha contribuido a una ejecución que ha dado verdaderamente nueva vida a las piezas
musicales propuestas, obra de tres Autores de primera línea y grandeza: Vivaldi, Haydn
y Mozart. He encontrado la elección de las composiciones muy apropiada al tiempo litúrgico
que estamos viviendo: el tiempo de Pascua.
El Papa luego habló de las cualidades
musicales y de la capacidad de sugestión anímica y espiritual que desarrollan la sinfonía
95 de Haydn y la 35 de Mozart, “composiciones que hacen pensar en el itinerario del
alma”.
Después entraron en escena, podríamos decir, las voces humanas, el coro,
para dar palabra a cuanto la música había expresado ya. Y no por casualidad la primera
palabra ha sido “Magnificat”. Salida del corazón de María, predilecta por Dios por
su humildad, esta palabra se ha convertido en el canto cotidiano de la Iglesia, precisamente
en esta hora de vísperas, la hora que invita a la meditación sobre el sentido de
la vida y de la historia. Claramente el Magnificat presupone la Resurrección, es decir,
la victoria de Cristo: en Él Dios ha realizado sus promesas, y su misericordia se
ha revelado en toda su paradójica potencia.
Finalmente, el Papa señaló que
Vivaldi compuso los pasajes musicales interpretados, expresamente para algunas cantantes
alumnas suyas del Hospital veneciano de la Piedad: cinco huérfanas dotadas de extraordinarias
cualidades canoras.
“¿Cómo no pensar en la humildad de la joven María, de
la que Dios “hizo maravillas”? Estos cinco “solos” vienen a representar la voz de
la Virgen, mientras que las partes corales expresan la Iglesia-Comunidad. Ambas, Maria
y la Iglesia, están unidas en un único canto de alabanza al “Santo”, al Dios que,
con la potencia del amor, realiza en la historia su diseño de justicia”.