Benedicto XVI afirma, en el noveno centenario de la muerte de san Anselmo, que no
hay separación entre erudición y devoción, entre teología y mística para comprender
los misterios de las fe
Martes, 21 abr.- Benedicto XVI invita a hacer resplandecer el tesoro de sabiduría
de San Anselmo, en una carta dirigida a Dom Notker Wolf, Abad Primado de los Benedictinos
confederados, con motivo de las celebraciones del noveno aniversario de la muerte
de san Anselmo, en Canterbury en el año 1109. La carta fue entregada por el cardenal
Giacomo Biffi, enviado del Santo Padre para estas celebraciones.
San Anselmo
de Canterbury, es doctor de la Iglesia y es conocido también como san Anselmo de
Aosta, lugar donde nació o Anselmo de Bec, la ciudadela de Normandía donde estaba
enclavado el monasterio del cual llegó a ser prior. El monje benedictino fue arzobispo
de Canterbury del 1093 hasta su muerte y se destacó como teólogo y filósofo escolástico.
De allí que en su carta, el Papa invita, especialmente a los europeos a acercarse
a la “doctrina sólida y abundante” del gran obispo y doctor de la Iglesia.
En
su misiva, el Papa destacó que San Anselmo a pesar de ser arzobispo, quiso ser sobretodo
un monje benedictino, conciente de la importancia de la vida monástica. Aludiendo
a una de las obras del santo, quien se definía como fray Anselmo, el Pontífice recuerda
que san Anselmo sostenía que en primer lugar se debe amar el propósito y el deseo
de ser monje. El Papa recalcó que la importancia dada por el santo a la Lectio
Divina, punto cardenal de la vida benedictina, es evidente en su libro Prologus
orationum sive meditationum que escribió para estimular en los lectores “el amor
y el temor de Dios”.
Retomando las palabras de San Anselmo, Benedicto XVI recuerda
que la Palabra de Dios “no se debe leer en medio del bullicio sino en medio de la
quietud, ni corriendo y velozmente, sino poco a poco y con intensa meditación. “En
sus escritos- afirma el Papa- no hay separación alguna entre la erudición y la devoción,
entre la teología y la mística cuando trata de comprender los misterios de las fe.
El Santo Padre subrayó que su obra más notable, titulada Proslogion
-al igual que las Confesiones de San Agustín-, es al mismo tiempo oración y
deseo de contemplar el rostro de Dios. “Te suplico o Señor- escribe San Anselmo- para
que te pueda conocer, amar y encontrarte en la plenitud de la alegría”. Refiriéndose
a otra obra, Cur deus homo, el Pontífcie recuerda cómo según San Anselmo la
razón llega a contemplar la belleza de la verdad en la búsqueda más alta de la fe:
“Si no creen, no comprenden” cuanto más se recurre al intelecto- escribe San Anselmo-
tanto más nos acercamos a aquello que todos los hombre anhelan”.
En su carta,
Benedicto XVI escribe que teniendo presente el magisterio de este doctor de la iglesia,
el Colegio de San Anselmo, fundado por el Papa León XIII para formar a los jóvenes
de todo el mundo, conserva y promueve esas enseñanzas imprescindibles para la vida
monástica. “Este colegio- concluyó el Papa- se ha convertido en un instituto académico
internacional que ofrece una formación filosófica, teológica y litúrgica, alcanzando,
como lo hizo San Anselmo, la fe con el conocimiento de la fe gracias al intelecto”.
Esta
tarde a las 19 horas, el cardenal Biffi, enviado de Su Santidad, presidirá en la catedral
de Aosta la celebración litúrgica en el aniversario de la muerte del San Anselmo,
en la que dará lectura a un mensaje de Benedicto XVI titulado “La inteligencia de
la fe para acercarse a Dios”.