En el VIII centenario de la aprobación, por parte de Inocencio III, de la primera
Regla de san Francisco, el Papa recibe a los franciscanos y les pide que ayuden a
los pastores de la Iglesia a embellecer cada vez más el rostro de la esposa de Cristo
Sábado, 18 abr (RV).- Benedicto XVI ha dado su bienvenida con gran alegría - al final
de esta mañana, en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo - a unos tres mil miembros
de la familia franciscana, en «la feliz e histórica celebración del octavo centenario
de la aprobación, por parte del papa Inocencio III, de la primera Regla de san Francisco».
Sus palabras han sido acogidas con grandes aplausos:
«Han pasado ochocientos
años y aquella docena de frailes se ha vuelto una multitud, diseminada en todo el
mundo y hoy, aquí, dignamente representada por vosotros. En días pasados os habéis
dado cita en Asís para lo que habéis querido llamar ‘Capítulo de las Esteras’, evocando
vuestros orígenes. Y al final de esta extraordinaria experiencia habéis venido juntos
donde el ‘Señor Papa’ como diría vuestro seráfico fundador».
Acogiendo a los
representantes de la numerosa familia franciscana de todo el mundo, encabezada por
el Ministro General, padre José Rodríguez Carballo - que, en nombre de todos, ha
renovado ante el Santo Padre el compromiso de vivir según la Regla, el Papa ha expresado
su profunda acción de gracias a Dios por el apostolado de los franciscanos:
«Ante
todo, deseo unirme a vosotros en la acción de gracias a Dios por todo el camino que
os ha hecho cumplir, colmándoos de sus beneficios. Y como Pastor de toda la Iglesia,
le quiero agradecer por el don precioso que vosotros mismos sois para todo el pueblo
cristiano».
Tras hacer hincapié en que todo empezó con la conversión de Francisco,
que siguiendo el ejemplo de Jesús, ‘se anonadó a sí mismo’ (cfr fil 2,7) y asumiendo
la pobreza fue testigo y heraldo del Padre que está en los cielos, Benedicto XVI
ha recordado que al ‘Pobrecillo’ se le pueden aplicar literalmente algunas expresiones
que el apóstol Pablo emplea para sí mismo. «San Francisco sigue perfectamente las
huellas de Pablo». Y, como recuerda precisamente el centro de este encuentro de los
franciscanos con el Papa, elige el Evangelio como regla de Vida:
«Así, el Pobrecillo
se hizo a sí mismo evangelio viviente, capaz de atraer hacia Cristo a hombres y mujeres
de todo tiempo. En especial a los jóvenes, que prefieren la radicalidad en lugar de
quedarse entremedias. El obispo de Asís y luego el papa Inocencio III reconocieron
en el propósito de Francisco y de sus compañeros la autenticidad evangélica y supieron
alentar su compromiso en vista también del bien de la Iglesia universal. Surge de
forma espontánea una reflexión ¿Francisco hubiera podido también no venir a donde
el Papa?».
Reflexionando, precisamente, sobre la firme elección de san Francisco,
que no quiso seguir las corrientes, que en su tiempo se contraponían a la Iglesia
como institución o que no buscaban su aprobación, Benedicto XVI ha recordado que -
si bien, con una postura polémica hacia la jerarquía hubiera conseguido no pocos seguidores
– este santo decidió enseguida poner su camino y el de sus compañeros en manos del
Obispo de Roma, el Sucesor de Pedro. Espíritu eclesial – ha enfatizado el Pontífice,
que el mismo papa Inocencio III supo reconocer y apreciar, «acogiendo, bendiciendo
y alentando la naciente comunidad de los ‘frailes menores’».
«Los santos vuelven
a impulsar la fecundidad de Cristo», ha reiterado Benedicto XVI alentando a los franciscanos
a seguir el modelo de Francisco y Clara de Asís y, evocando la exhortación de Jesús
resucitado a sus discípulos, les ha pedido a los franciscanos que vayan por el mundo
y perseveren en ‘reparar la casa del Señor Jesucristo, su Iglesia’.
Refiriéndose
al trágico terremoto que en días pasados ha asolado la región italiana de Los Abruzos,
el Papa ha subrayado que hay una ‘ruina’ más grave que la de las construcciones. La
de las «personas y de las comunidades»:
«Como Francisco, comenzad siempre por
vosotros mismos. Nosotros somos la casa que Dios quiere restaurar. Si seréis siempre
capaces de renovaros en el espíritu del Evangelio, seguiréis ayudando a los Pastores
de la Iglesia a embellecer cada vez más su rostro de esposa de Cristo. Esto es lo
que el Papa, hoy como en los orígenes, espera de vosotros ¡Gracias por haber venido!
Ahora id y llevad a todos la paz y el amor de Cristo Jesús Salvador. (Aplausos...)
Que María Inmaculada ‘Virgen hecha Iglesia’, os acompañe siempre. Y os sostenga también
la Bendición Apostólica que de corazón imparto a todos vosotros, aquí presentes, y
a toda la familia franciscana».
Exhortación que Benedicto XVI ha renovado también
en inglés, español y polaco. Éstas han sido sus palabras en nuestra lengua:
Saludo
con afecto a los queridos Hermanos y Hermanas de la Familia Franciscana, provenientes
de los países de lengua española. En esta significativa conmemoración, os animo a
enamoraros cada vez más de Cristo para que, siguiendo el ejemplo de Francisco de Asís,
conforméis vuestra vida al Evangelio del Señor y deis ante el mundo un testimonio
generoso de caridad, pobreza y humildad. Que Dios os bendiga.